El regreso de las corridas de toros a Xàtiva tuvo el sábado un inesperado y quizá insuperable valedor: Victorino Martín. El propietario de la legendaria ganadería se comprometió a reservar una corrida para la Fira d'Agost si, finalmente, el consistorio levanta la prohibición desencadenada a raíz del referéndum antitaurino del año pasado. Victorino hijo, que hace años que dirige el histórico hierro una vez retirado el fundador, intervino el sábado en el hotel Murta en un debate organizado por la Penya Socarrats. Lo hizo en compañía del empresario taurino Jesús Salas y del director de la revista Bous al Carrer, Alberto de Jesús. Les presentó David Gordillo, de la peña. Entre los asistentes estaban el cronista oficial de Xàtiva y catedrático de Latín, Agustí Ventura, y el concejal del PP Jorge Herrero.

Victorino emplazó a las autoridades municipales a aplicar «el sentido común»; pidió que «reconsideren» su postura y se mostró perplejo por la insistencia del alcalde o de los concejales abolicionistas en negar que los toros se han prohibido en Xàtiva, «ya que escudarse en que la plaza tiene medidas de seguridad o no significa que nos dejan sin toros pero encima no dan la cara», les reprochó, al igual que el resto de ponentes.

Salas, por su parte, reveló que el consistorio ya tiene por registro de entrada desde enero una propuesta de programación. Esa propuesta „que se suma a la que ya ha realizado un empresario afín al otro colectivo protaurino, el Club Punteret, tal como avanzó Levante-EMV„ se vertebra alrededor de los toros victorinos. «Sería una sola corrida „apuntó Salas„ para concentrar todos los esfuerzos y todo el público, y a parte una de recortadores». Entre los posibles nombres deslizó los de Manuel Escribano, Curro Díaz «y alguno de la tierra», matizó.

Piden que intervenga el PP

Sin embargo, el nombre de Salas no concitaba el sábado todas las adhesiones. Él fue el empresario al que recurrió el alcalde, Roger Cerdà, el año pasado para que el coso no estuviera inactivo durante la Fira y para justificar que la plaza no podía cederla a las propuestas taurinas presentadas. Por eso, en corrillos, algunos asistentes criticaron el hecho de que, en cierto modo, haber hecho «el trabajo sucio» del ayuntamiento (montar un espectáculo de doma caballar y un freestyle motorista para así copar la plaza toros) y ahora proponer una feria taurina, supone una contradicción.