Una plataforma que da voz a los alcaldes en la espinosa batalla contra la despoblación en el medio rural. Una «lobby» de presión que trata de introducir en el centro de la agenda política el debate sobre una problemática compartida por 72 municipios de la Comunitat Valenciana en riesgo de desaparición, que han perdido a más del 10% de sus habitantes en los últimos 30 años. Un grupo de trabajo que aúna esfuerzos para paliar, desde el ámbito de la innovación, los efectos de una sangría imparable. Todo esto aspira a ser el Foro de Municipios de Interior que se acaba de constituir en el seno de la La Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP).

Quesa es uno de esos pueblos que navegan en terreno pantanoso, tras haber sufrido un desplome demográfico del 26%. Su alcaldesa, Carina Primo, ha sido escogida para presidir el nuevo órgano de discusión, que ha de caminar de forma paralela y coordinada con la recién creada Agenda Valenciana Antidespoblament, que prepara incentivos fiscales y otras acciones para reducir la desigualdad entre las zonas más abandonadas y las más pobladas del territorio.

«Sabemos que hay una voluntad política por parte del Consell, pero la despoblación debe convertirse en una cuestión política de primer orden». Primo ve necesarias, aunque insuficientes, medidas como los incentivos fiscales o el incremento de las inversiones. «El verdadero problema es que la gente sigue sin querer quedarse a vivir aquí. Son necesarias reformas legislativas y decretos que tengan en cuenta la singularidad de estos municipios de interior a la hora de optar a subvenciones de empleo y otro tipo de ayudas», observa la alcaldesa. La idea de crear el Foro surgió de unas jornadas celebradas en octubre en Cinctorres, donde se pusieron en evidencia las reivindicaciones comunes y transversales de las poblaciones de interior frente al conflicto de la despoblación.

«Los jóvenes estudian, salen y ya no vuelven a vivir al pueblo por la falta de oportunidades. Vivimos una situación preocupante: no llegan industrias, ya no quedan agricultores y estamos bastante alejados de las redes de comunicación. En Quesa, tenemos la autovía a 32 kilómetros», indica Primo, para quien los mayores esfuerzos han de centrarse en garantizar que se mantengan intactas las escuelas o la sanidad pública en el mundo rural, de modo que las parejas jóvenes tengan cubiertos los sevicios básicos. «Puede sonar fuerte, pero a veces nos sentimos ciudadanos de segunda», lamenta la edil.

«Tenemos unas líneas de acción inmediatas marcadas y la intención clara del presidente de la Generalitat de minimizar los riesgos que estamos sufriendo, pero pretendemos ir más allá. Queremos que se cuente con nosotros para tomar medidas, que se nos escucche, se nos tenga en cuenta y se valore la despoblación como un problema real que nos afecta a todos», subraya la presidenta del Foro, que volverá a reunirse la próxima semana para delimitar con precisión en qué poblaciones el riesgo de desaparición es más elevado.

67 millones menos de liquidación

«Tenemos un listado de 72 municipios con un índice de despoblación superior al 10% en los últimos 30 años, aunque puede haber otros con la misma problemática que están en la horquilla y que merecen ser tenidos en cuenta. Hay que debatir si se ha de ampliar la cifra», apunta Primo. En el próximo encuentro también comenzarán a definirse posibles líneas urgentes de acción en ámbitos como el turimo, que, a juicio de Primo, «puede ser un motor contra la despoblación, pero no el único». La alcaldesa añade: «Un municipio no puede vivir solo del turismo; debemos desestacionalizar las visitas, muy concentradas en vacaciones de verano o Pascua», cuando la imagen a rebosar de los pueblos distorsiona la realidad. El debate también se enfoca hacia otros ámbitos como la agricultura ecológica o la gestión forestal.

En el organigrama del Foro figuran como vicepresidentes los alcaldes Otos y Ràfol de Salem, Mairo Mira y Carolina Mengual, otras localidades en riesgo.