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A vueltas con la nueva ORA en Xàtiva

El incremento de las sanciones —en contraste con el escaso celo de los últimos años— y las nuevas condiciones disparan las quejas de usuarios, residentes y comercios - Los conductores califican de «abusivos» e «incómodos» los nuevos parquímetros

Una usuaria se enfrenta, no sin dificultades, a uno de los parquímetros de República Argentina. perales iborra

Si usted ha tenido que enfrentarse a los nuevos parquímetros de la zona azul en Xàtiva y ha desesperado en el intento, no se sienta solo. Las máquinas de la ORA forman a diario corros de personas que se ayudan entre sí para sacar el tique. «¿Sabes cómo funciona este chisme?». La pregunta la lanza un hombre de avanzada edad con la camisa desabrochada, mientras acerca todo lo que puede los ojos para tratar de descifrar los botones que aparecen en una pantalla táctil ilegible por el reflejo del intenso sol, en República Argentina. «A ver si ahora, por estar aquí esperando, me van a multar», alerta una mujer que hace cola detrás, visiblemente nerviosa.

La escena se ha vuelto cotidiana. «Incómodo», «lento», «complicado», «abusivo» o «recaudatorio» son algunos de los calificativos que emplean los conductores para describir el nuevo sistema, que obliga a introducir la matrícula del vehículo para extraer el tique. Asombra el número de personas que no recuerdan los dígitos y tienen que regresar al coche para apuntarlos en el móvil o memorizarlos. Tecleando la matrícula en sus terminarles, los controladores pueden saber si un usuario ha pagado o no, aunque se haya olvidado de poner el tique.

El ayuntamiento enumera las ventajas de la modernización de la ORA: los parquímetros permiten pagar con tarjeta o a través de una aplicación móvil desde cualquier lugar, asumiendo solo el coste del tiempo real consumido. Xàtiva es la primera ciudad valenciana en aplicar esta medida. Pero muchos usuarios lo desconocen: protestan porque las máquinas no devuelven el dinero, relatan complicaciones para anular las multas (sin la app) y temen que les caiga una denuncia si se equivocan con algún número de la matrícula, con las prisas.

Con el cambio de concesionaria en el servicio, se ha disparado tanto el número de sanciones como la cuantía impuesta, que puede alcanzar los 80 euros si no se paga en el periodo voluntario. Aunque inicialmente el importe de la anulación se fijó en 40 euros, el consistorio lo rebajó a 10 tras la indignación vecinal. Según las cifras aireadas por el PP, en el primer trimestre del año se han tramitado 1.277 infracciones en zona ORA. En todo 2016, apenas se cifraron 324, cuatro veces menos. La estadística deja en evidencia el escaso celo y la pasividad de la anterior concesión. Antes, el porcentaje de usuarios que utilizaban el servicio sin poner tique rondaba el 48%. Ahora, se sitúa en el 3,67%. «Antes, si la multa no la firmaba un policía, no valía. El cambio ha sido demasiado brusco y la gente necesita tiempo para acostumbrarse», opina una controladora. Que la rotación es mucho mayor en las arterias comerciales es un hecho: la ocupación media de las plazas está en el 74%. El área de Movilidad sostiene que, desde la puesta en marcha del servicio en enero, hasta mayo, el número de sanciones ha seguido una tendencia decreciente, del 33%. «Esto significa que ha habido un proceso de adaptación a la nueva normativa y que aumenta el grado de conocimiento de las condiciones del servicio», apuntan.

Malestar de los residentes

Pero lo cierto es que las quejas se han multiplicado exponencialmente. Así lo atestiguan tanto los agentes de la Policía local, como los controladores, que dedican muchas horas a socorrer a los usuarios. El consistorio afirma que el 60% de estas reclamaciones van ligadas a las denuncias impuestas, de las cuales, indican, «en torno al 95% se comprueba que son correctas».

La indignación se palpa entre los residentes y los comerciantes, que protestan por la presión sancionadora, porque los clientes «van como locos» por si les multan y porque consideran que los problemas de aparcamiento continuan. Los primeros han puesto el grito en el cielo porque ahora solo se autoriza una tarjeta con descuento de residente por domicilio, aunque se tengan varios coches. Además, el ámbito de validez se ha estrechado. El consistorio achaca esta circunstancia al limitado número de plazas (se han reducido un 30%) y a la demanda de rotación existente. Los comerciantes censuran la tardanza y el enorme papeleo para conseguir la nueva tarjeta ORA. «Tengo dos viviendas y un comercio y me ponen todas las pegas del mundo. He ido al ayuntamiento 14 veces», clama la dueña de una tienda de ropa. Quique Climent, otro comerciante, ha desistido del distintivo por la cantidad de trámites exigidos. «Solo falta que me pidan la partida de nacimiento. Todo son dificultades: al final no merece la pena», lamenta.

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