Nos encontramos a las puertas de un verano que según todos los avances publicados puede ser de récord turístico en España. A los casi 20 millones de visitantes extranjeros que el país ha recibido en los cuatro primeros meses del año, las previsiones estiman que se sumarán otros 37 antes del mes de septiembre. Además, este verano se espera un repunte del turismo nacional de entre un 6% y un 7% hasta el mes de agosto respecto al año pasado. A tenor de las previsiones de reservas de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (CEHAT) y de llegadas por vía aérea, España podría llegar a recibir 80 millones de visitantes al finalizar el año, lo que sería sin duda un dato histórico que superaría en 4,4 millones el del año 2016, que ya fue un año turístico excepcional registrado por el Instituto Nacional de Estadística.
Pero en Xàtiva, una ciudad histórica y monumental con vocación „o al menos así debería ser„ de destino turístico cultural, con un matiz incluso gastronómico, la oferta sigue sin activarse, mientras se van sucediendo los veranos turísticos de récord en el territorio nacional y valenciano.
El horario de apertura del Museo Municipal de Bellas Artes se sigue reduciendo a partir del 15 de junio y hasta el 15 de septiembre;en los meses de julio y agosto se suspenden las visitas oficiales organizadas con guía en el Castillo de Xàtiva, la iglesia de Sant Feliu cerrará casi un mes por vacaciones de la persona que la abre a los visitantes, por no mencionar la desinformación y el criterio aleatorio y de apertura en función de su reducido uso estival de monumentos religiosos, declarados bienes de interés cultural, como la Colegiata de Santa María y su museo y campanario, la iglesia de Sant Francesc o la iglesia de Sant Pere, por citar los casos más llamativos.
Pueden darse todas las explicaciones que se quieran. El fuerte calor de Xàtiva, la falta de personal y el derecho a vacaciones del mismo; la ausencia de visitantes, etc. Todas y cada una de ellas se pueden rebatir poniendo como ejemplo distintos destinos culturales que se llenan en toda la Península de visitantes en verano. Ciudades con patrimonio histórico-artístico hay en Extremadura o Andalucía con similares temperaturas a las de Xàtiva que incrementan sus flujos de turistas en los meses de julio, agosto y septiembre pero con una gran diferencia sobre Xàtiva poseen una trabajada cultura turística. Y ésta se ha fomentado con los años tanto desde el sector privado, que la ha visto como una oportunidad económica, como desde la administración municipal, que se ha volcado en ella y en todo aquello que la pudiera facilitar e incentivar consciente también de la posibilidad de generar empleo y riqueza para todos los ciudadanos.
La ciudad de Xàtiva languidece y lo hace turísticamente todavía más en verano, año tras año, da igual el color político del gobierno municipal de turno, sin que a nadie le preocupe, durante todo el año, tratar de solucionar los inconvenientes de personal, técnicos, económicos y sociales que son luego los que se dan como excusas para no poder activar una competitiva oferta turística en la ciudad en verano. Algo realmente absurdo e incomprensible con un yacimiento litoral de millones de potenciales turistas interesados a menos de una hora de camino de la ciudad.
Brotes verdes... privados
Pero entre tanta desazón cabe valorar y apoyar los pequeños brotes verdes de algunos profesionales autónomos que a través de las redes sociales comienzan a organizar atractivas visitas guiadas nocturnas al magnífico conjunto histórico-artístico de Xàtiva que a esas horas seduce de otra manera, o la rebeldía vocacional de pequeños alojamientos con encanto y restaurantes serviciales que durante el verano luchan, sólos y sin apoyo, por demostrar a sus clientes que la ciudad con diferentes planteamientos, planificación y otra manera de hacer las cosas es capaz de convertirse en un auténtico destino turístico cultural de verano ¿Cuando nos daremos cuenta? Espero que no demasiado tarde.
