Las cámaras de control de accesos instaladas por el Ayuntamiento de Xàtiva en la calle Sant Francesc estarán oficialmente operativa a partir de hoy a las 8 horas. El dispositivo de vigilancia incorpora un lector de matrículas y un sensor «foto rojo» que estará en funcionamiento las 24 horas del día y se disparará cuando un vehículo (coche, furgoneta o motocicleta) se salte la actual prohibición de atravesar la vía peatonal del casco antiguo, situada en una de las zonas de mayor actividad comercial de la ciudad. El sistema permitirá identificar al conductor infractor. La sanción será automática.

Aunque el servicio se contrató en diciembre de 2016 por 8.300 euros a la empresa especializada NorTrafic, su puesta en marcha se ha demorado como consecuencia de una serie de problemas de conexión que ya se han resuelto. La cámara ha estado en fase de pruebas durante los últimos meses.

El regidor de Movilidad, Miquel Lorente, defiende la iniciativa para reforzar la peatonalización de la emblemática calle y eliminar «situaciones de peligro» para los transeúntes: un incidente en el que a punto estuvo de ser atropellada una chica condujo a adoptar la decisión de endurecer las medidas de control del tráfico en la zona. El consistorio quiere acabar con el tránsito de turismos y de motos que emplean esta concurrida calle como una travesía para acortar tiempo en su circulación por la ciudad. Lorente lamenta que, a pesar del pavimento y de la señalización que marcan el carácter peatonal, muchos conductores «no hacen caso». Sant Francesc es, además, una vía de intensa actividad comercial en el marco dels Carrers del Mercat, tomada por el mercado ambulante los martes y viernes.

Vecinos y comercios, exonerados

Tanto los residentes que han de acceder con sus vehículos a la calle, como los comerciantes que efectúan labores de carga y descarga y los vehículos de emergencias continuarán accediendo con normalidad. Los vecinos y los propietarios de los negocios, algunos de los cuales mantienen sus suspicacias con la medida, tenido que inscribirse para quedar excluidos de la acción del «foto-rojo» y evitar las multas.