La Diputación de València contempla una intervención valorada en 2 millones de euros para estabilizar, sostener y proteger las laderas anexas a la carretera que une Millares y Dos Aguas. El proyecto, que acaba de salir a información pública, fue encargado por el Área de Carreteras después de los múltiples desprendimientos registrados con las lluvias torrenciales de diciembre de 2016, que cortaron la CV-580 y dejaron aislada a la población de Millares por su lado norte y a la de Dos Aguas por su salida sur. Hasta que pudo restablecerse el tráfico, ambos municipios tuvieron que reconducir sus comunicaciones de forma precaria a través de vías alternativas.

El proyecto diseñado por la Ingeniería CA&CCA dibuja un diagnóstico del trazado que identifica 30 taludes con «inestabilidades palpables» en puntos donde se observan diferentes riesgos geológicos que comprometen la seguridad vial en la carretera. El documento propone un conjunto de medidas de protección en función de la morfología del terreno montañoso, orientadas a minimizar el peligro que históricamente representan en la vía los derrumbes.

La caída de piedras de reducido tamaño a la calzada es el fenómeno más extendido, asociado a los afloramientos rocosos donde el macizo se encuentra muy fracturado y presenta un elevado número de discontinuidades. Para resolver esta problemática, los técnicos apuestan por la colocación de mallas de triple torsión -un tejido de alambres galvanizados torsionados entre sí- adosadas a los taludes. Con tal de prevenir los desprendimientos más grandes y peligrosos, el proyecto contempla la colocación de pantallas dinámicas: mallas de elevada resistencia unidas a unos postes metálicos articulados en su base. La ejecución de cunetas hormigonadas con muretes laterales que evitan la irrupción de pequeños bloques en la carretera y de muros de contención -tanto de de escollera como de hormigón armado- son otras actuaciones de protección previstas. En materia de estabilización y sujeción de las laderas, se propone la colocación de una red de anillos entrelazados de alambre, anclada al terreno mediante cable de reparto y bulones de acero, así como el refuerzo de los bloques de mayor magnitud, la ejecución de hormigón proyectado en los desmontes con fuertes inclinaciones y materiales sueltos o macizos rocosos muy fracturados; el saneo y reperfilado de taludes o la plantación de especies vegetales autóctonas en diversas pendientes en las que se pretende evitar la erosión, aunque se mantengan estables. Dada la urgencia de las obras, la celeridad con la que se ha redactado el proyecto y la inaccesibilidad de algunas de las áreas de actuación, los técnicos únicamente han podido realizar un reconocimiento superficial. Durante los trabajos, los especialistas concretarán los elementos de protección que se emplearán en cada tramo de ladera.

Casi un año de obras

Las obras tienen un plazo de ejecución de 11 meses, una vez se adjudiquen. De momento, el proyecto permanecerá durante 20 días en la fase de exposición pública, sujeto a posibles alegaciones. La intervención ocupará una superficie de 21.433 metros cuadrados, de los cuales solo 1.263 m2 son de titularidad pública. Algunas de las laderas anexas se emplazan en suelo no urbanizable protegido vinculado a la Muela de Cortes y afectado de forma muy puntual por las obras. Por ello, la diputación ha solicitado las autorizaciones pertinentes a la Conselleria de Medio Ambiente. Con el proyecto, la institución provincial responde a las demandas de los alcaldes de Millares y Dos Aguas, que reclamaban actuaciones urgentes para erradicar los desprendimiento tras las lluvias de finales de 2016.