Mancos, semidecapitados, con la cabeza tuerta, los dedos desmembrados y «con algo de artritis por los años». Así se encontró ayer Pep Gimeno «Botifarra» a los siete gegants que él mismo se ha ocupado de rescatar del polvoriento almacén municipal de Parques y Jardines en el que han permanecido durante años ocultos al público, instalados en el olvido. El abandono, la humedad y el polvo ha hecho mella en las antiguas figuras de madera y cartón. Las más viejas se remontarían a 1920-1930, aunque hay otras -las mejor conservadas- más modernas. Sea como sea, los «gegants» originales descansan ya en la planta baja de la Casa Santandreu, anexa al antiguo convento de Sant Domènec.

El propio Botifarra se volcó ayer en las tareas de traslado, limpieza y adecentado de las piezas, armado con una pistola de aire comprimido y un plumero. El cantaor de Xàtiva, técnico vinculado a proyectos culturales y de memoria del Ayuntamiento de Xàtiva, llevaba años insistiendo en la necesidad de sacar los gegants de la nave del polígono de la Vila, un hogar que habitaban en unas deplorables condiciones de conservación, cubiertos de polvo y al descubierto, sin ninguna capa ni barrera que les protegiera de la suciedad del almacén ni de los insectos y roedores. Víctimas de la desidia. «Al final, por cansino me han hecho caso», bromea Gimeno.

El regidor de Cultura, Jordi Estellés, avanza a Levante-EMV que los gegants van a ser restaurados. El objetivo es recuperarlos de cara a la celebración del Corpus. La procesión cívica -en la que los gegants siempre han tenido un papel muy destacado- goza de gran arraigo en Xàtiva y hunde sus raíces en el siglo XVI. El edil va a pedir a diversos artistas falleros de la ciudad que evalúen el estado de los materiales y elaboren un presupuesto de los trabajos. De momento, las piezas se han cubierto y yacen al fin resguardadas. El concejal, sin embargo, teme que los daños que registran dos de ellas puedan ser insalvables. El Turco es la que presenta un peor estado: tiene el rostro hecho pedazos. Todo lo contrario que su pareja de baile: La Turca llama la atención por su espléndido aspecto. Una de las figuras antiguas, El Gitano, ha desaparecido. Nadie sabe su paradero.

Botifarra, que ayer se adentró en los gegants durante la limpieza de las diferentes piezas, da cuenta de su minuciosa composición. «El mecanismo interior es impecable: son una obra de arte», subraya el cantaor. Aunque intactos en algunos caso, otros presentan podredumbres en la madera y será más complicado rescatarlos. La indumentaria, por lo general, se halla en condiciones más aceptables, a pesar dal paso del tiempo. Destacan otros detalles como el cabello de los gegants de color, hecho con borra y alambre.

Dos años y medio de gestiones

Tradicionalmente, ocho gegants integran la colla de Xàtiva: el Rey y la Reina, el Turco y la Turca, el Gitano y la Gitana y el Negro y la Negra. El poder, las razas y las religiones del mundo sometidas al dogma católico representado en la Eucaristía. Las figuras rescatadas del almacén fueron reemplazadas por otras con motivo de la procesión cívica del Corpus de 1984, cuando el consistorio encargó construir las más actuales -que reposan en la parte de arriba de la Casa Santandreu- al artista Josep Martínez.

En aquel momento, los viejos gegants -un poco más pesados y menos altos que sus sucesores- ya no estaban para bailes ni procesiones: estaban en condiciones pésimas y eran pasto del abandono. Sin embargo, a día de hoy, aún son una muestra del antiguo esplendor plástico de la procesión cívica del Corpus setabense de los 70. Tras ser desechados, iniciaron un periplo por distintas ubicaciones, como la Casa de la Enseñanza o la Beneficencia, hasta que acabaron en la nave que emplean los operarios municipales de jardinería.

Después de una etapa de declive, en los últimos 35 años el Corpus de Xàtiva ha ido recobrando su esplendor, con la renovación de vestuarios, la restauración de numerosas figuras y la recuperación de diversas danzas tradicionales. Botifarra -ajeno a la polémica suscitada a raíz del incomprensible veto que quiere imponerle el PP de Torrevieja: él se limita a trabajar- aún recuerda cuando los gigantes partían de su escondrijo en el antiguo ayuntamiento para encabezar el recorrido procesional.

Estellés enmarca la restauración de las figuras dentro del compromiso del consistorio de salvaguardar el patrimonio cultural y de dar un nuevo impulso a la festividad, junto a la Asociación del Corpus. Ambas partes trabajan en un proyecto para transformar la Casa Santandreu de la calle Sant Domènec en el Museo del Corpus.