«Sólo con piano y voz a veces es como mejor surgen las canciones»

R Es un concierto relajado, de pasar una noche juntos haciendo música, que es lo más bonito. Un repertorio de las canciones de Marlango, versiones y las canciones que nos pida el público. Si nos las sabemos, las tocaremos. Por eso se llama Delicatessen, porque es hacer un viaje como empezamos nosotros las canciones, con piano y voz. Y con canciones que nos han influenciado.

P El concierto íntimo, con más proximidad con el público, ¿es el formato que más os gusta?

R No, nos gusta todo, variar. Ahora venimos de tocar en México con toda la banda, con la que llevamos tocando más de 10 años y es una maravilla. Con batería tienes menos libertad que con piano y voz, que es más fluido, más líquido, pero es bueno tener las dos cosas, tocar en formatos pequeños y más grandes.

P ¿Qué diferencia la gira Delicatessen de la del Porvernir?

R El Porvenir es con la banda, con canciones de los seis discos. Y con Delicatessen es como un cuaderno en blanco, con piano y voz, que es como surgen las canciones, como las creamos.

P En el disco «El Porvenir» hay colaboraciones con Bunbury, Fito Paez y La Santa Cecilia. ¿Cómo ha sido la experiencia?

R Preciosa. Tener a Bunbury en una canción es un sueño. Pero esas colaboraciones las mandan las canciones, la propia canción te lo pide. Y en Bunbury es que se la debíamos a él. En la de Fito se nota que lo hemos escuchado, que escuchamos los Beatles.

P Con La Santa Cecilia hacéis una versión de «Ay pena, penita, pena», que popularizó Lola Flores. ¿No da vértigo hacer una copla que conoce tanta gente y más la de Lola Flores?

R Es una mezcla. Como intérprete sí que me da vértigo, por la de Lola Flores y también por la de Sílvia Pérez Cruz, que es preciosa. Como músicos es un reto precioso, y se trata de acercarse con humildad. La canción es tan bonita, si hubiera un museo de la canción ésta tendría que estar, es monumental. Pero es como con Shakespeare, se hacen muchas versiones, pero el texto es tan bueno. Se trata de hacerlo sin molestar.

P En éste último disco las canciones tienen letras como «prefiero caer que parar», «estoy al borde del abismo», «aprendí a perder, a llorar». ¿Salíais de una mala racha cuando las escribisteis?

R (Risas). Yo no soy la alegría de la huerta (más risas). Pero la imagen de caer es positiva, entregarse al abismo, no sabes dónde te va a llevar. Igual que salir corriendo, flotar, no sentir el peso. Por eso hacemos discos, porque te vas curando de cosas. Cuando escribía las canciones tenía vértigo, por eso «El Porvenir», un lugar que no sabes dónde te va a llevar.

P En el disco hay jazz, blues, baladas,... sello Marlango. Pero de repente de encuentras una canción como «Dinero», precisamente la que cantáis con Enrique Bunbury, que es más marchosa, rumbosa.

R En todos los discos tenemos algo así. Lo que pasa es que te ubican un lugar y parece que estés solo ahí, pero no levantamos la bandera de nada. Tocamos en festivales de jazz, de música indie, de pop,... Pero hay una imagen de Marlango más melancólico, pero en nuestros discos hay de todo, porque somos así, somos melancólicos pero también alegres. Hay energía, hay ira.

P De «Dinero» también destaca el videoclip. Cuidáis especialmente los vídeos y tú dirigiste el de «Lo que sueñas vuela» del anterior disco.

R Sí. Se trata de hacer las cosas con cariño e ir más allá. Estamos orgullosos de ellos y buscamos acabar con cariño algo que has empezado. También trabajamos con gente que trate con cariño la imagen.

P ¿La importancia a la imagen tiene que ver con tu faceta de actriz?

R No, no es por ser actriz, es que Alejandro y yo nos comunicamos mucho visualmente. A veces la música es tan abstracta que ayuda un momento de una película o una foto.

P ¿Cómo es vuestro proceso creativo en los discos?

R Alejandro hace los arreglos, yo las melodías. Las letras las escribo yo. Pero es salir a pescar, tiramos la caña y a ver que sale.

P ¿Para cuándo nuevo disco?

R Empezamos a grabar ahora en noviembre o diciembre y esperamos que esté en primavera.