La semana pasada se conoció la noticia, publicada por esta edición comarcal del diario Levante-EMV, sobre la reversión de la desafectación del dominio público de unas parcelas del Bien de Interés Cultural (BIC) castillo de Xàtiva. A la espera que la citada reversión, ordenada por la Conselleria de Hacienda de la Generalitat Valenciana, produzca todos los efectos y se publique en el Diari Oficial (DOGV), tal y como se publicó el 29 de enero de 2016 la addenda por la que se modificó el convenio suscrito entre la Generalitat y el Ayuntamiento de Xàtiva, para proceder a desafectar dichas parcelas del castillo setabense con el objeto de venderlas a la empresa Inelcom, la propietaria del hotel Montsant, cabe plantearse hoy, más de un año y medio después, desde la opinión pública, algunas cuestiones sobre las que los responsables no han arrojado luz alguna.

Aquella addenda al convenio por el que la Generalitat delegaba en el Ayuntamiento el ejercicio de actividades de mantenimiento, vigilancia, conservación y disfrute público del castillo de Xàtiva y su ciudadela, que minoraba la extensión del Bien de Interés Cultural, fue firmada por el conseller de Cultura, el alcalde de la ciudad y el secretario municipal. Las declaraciones públicas del alcalde refieren a que se firmó, con el asesoramiento del secretario, funcionario habilitado nacional, para evitar inseguridad jurídica. Entonces, si otra conselleria, la de Hacienda, ha resuelto la reversión, ¿volverá a firmar un nuevo documento jurídico-administrativo o la reversión devolverá la situación del BIC al estado anterior a la firma de la addenda?, ¿qué hubiera pasado hoy si el alcalde no la hubiera rubricado? Visto como se han desarrollado los acontecimientos ¿no había más alternativas jurídicas para evitar la firma?, ¿se pudo haber solicitado antes un informe jurídico?

Por otra parte, fue una entidad ciudadana, el Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural Valenciano, la que tuvo que presentar a principios de 2016 una denuncia ante la Fiscalía Provincial de Valencia por entender que con la desafectación y enajenación de las parcelas de un BIC, por definición legal inalienable, inembargable e imprescriptible, podía haber estado produciéndose un expolio contra el patrimonio cultural valenciano, instando a paralizarla y a depurar responsabilidades. Una denuncia con un trámite administrativo tan extraño que ha llegado hasta el Defensor del Pueblo y todavía se está a la espera de resolución, sin que se notificara a sus impulsores ni su recepción, ni el traslado de diligencias a otros órganos jurisdiccionales. ¿Qué papel puede haber tenido la presentación de esta denuncia en la resolución de la reversión?

La trascendencia, como peligroso antecedente, de una desafectación de parte de un BIC tan emblemático como el histórico Castillo de Xàtiva, que se consiguió, con el esfuerzo importante de anteriores gestores públicos, incorporar al dominio público, como patrimonio de todos los valencianos, obliga a ser implacables desde la sociedad civil, utilizando todas las herramientas administrativas y jurídicas posibles, para exigir responsabilidades ante actuaciones de políticos y funcionarios realizadas en una época de ya triste memoria en la que parecía que algunos intereses particulares prevalecían sobre el interés general, buscando incluso sortear con ingeniería administrativa todas y cada una de las salvedades que la legislación imponía para salvaguardar el patrimonio público. Y en ese contexto hay que poner la lupa y analizar con sumo cuidado el hecho de dar por válidas algunas de aquellas actuaciones, con argumentos como la seguridad jurídica, la farragosidad de los trámites, el desconocimiento, la ignorancia o el ya famoso «pasar página» entre otros, cuando lo que demanda la mayoría de la sociedad, que ha expresado y sigue haciéndolo su deseo de un cambio ético político y de los políticos, es que se sondeen todas las posibilidades y se busque con todos los medios públicos posibles revertir todas y cada una de las situaciones injustas y alegales producidas.

Si, es buena la noticia de la vuelta de las parcelas al Castillo de Xàtiva para el disfrute de todos los ciudadanos, como también, y ahora ya no hay excusa posible, hay que exigir la retirada del anclaje de un vallado particular a su antigua muralla de Levante o la reversión a su configuración como senda original de la cicatriz abierta en forma de camino hormigonado y calzada de piedra nueva que hiere su histórico perímetro.