Los regidores del PSPV de l'Olleria, Héctor Such y David Millán, han sido cesados de sus competencias de gobierno por el alcalde, Julià Engo (Compromís), en un escenario de guerra abierta y de bloqueo entre los dos socios de coalición.

El último desencuentro tuvo lugar el lunes, cuando los socialistas apoyaron en el pleno una moción del PP para revocar las competencias delegadas en la junta de gobierno unos días después de que el portavoz del PSPV, Héctor Such, amenazara físicamente a Engo en una de estas sesiones a puerta cerrada tras un cruce de acusaciones. No es la primera vez que ambas formaciones pactan acuerdos y dejan en minoría a Compromís, cuya reacción fue expulsar a los dos ediles socialistas de la junta de gobierno, por la mañana, para, ya por la tarde, notificarles la retirada de sus funciones de gobierno. Ambos ocupaban la primera y tercera tenencia de alcaldía y controlaban las áreas de Juventud, Deportes, Cultura, Patrimonio, Turismo, Polícia Local, Tránsito y Seguridad Ciudadana.

El cruce de reproches continuo entre ambas fuerzas políticas y la tensión ha ido en aumento en las últimas semanas. «Un día te partiré la cara». Such reconoce haber espetado estas palabras al alcalde en la junta de gobierno del 20 de noviembre. Una semana después, en el pleno de este lunes, Such admitió haber «hecho mal», pero justificó su reacción en respuesta «a las continuas provocaciones, insultos y humillaciones» de las que aseguran ser objeto él y el otro concejal socialista. «Yo tengo el valor de reconocer que he hecho mal contestándole así, pero usted no tiene valor de decir lo que hizo antes», indicó en el pleno dirigiéndose a Engo, que previamente había dado cuenta del episodio en su blog personal. «Me ha tratado de holgazán y de loco y me ha dicho que necesito tratamiento psiquiátrico: quiere que los regidores del PSPV estallemos para expulsarnos», ahonda Such.

El alcalde, por su parte, califica de desproporcionada la actitud de su socio y sostiene que éste también le ha tachado de ser «un mierda» y «poco hombre». «No he denunciado las amenazas por no enviscar más las cosas», manifiesta. La bronca entre Compromís y PSPV salió a colación en el debate de la moción presentada por el PP para revocar las competencias que en junio de 2015 el pleno acordó delegar en la junta de gobierno para agilizar la gestión municipal.

Los socialistas apoyaron el recorte de funciones bajo el argumento de que las juntas de gobierno «se han convertido en el espacio que utiliza Compromís para vejarnos y maltratarnos» cuando, según Such, los ediles del PSPV intentan abordar el bloqueo de los presupuestos, prorrogados desde 2016 por su negativa a secundar unas cuentas que, a su juicio, marginaban las áreas socialistas. Para el portavoz, Compromís «actúa de manera déspota y dictatorial y sin ninguna transparencia, buscando una estrategia permanente para desacreditar al PSPV» con el objetivo último, añade Such, de no ceder la alcaldía en 2018, como, según incide, estipulaba el pacto de gobierno. El documento firmado en 2015 es ambiguo al respecto: estipula que Engo ocuparía el cargo durante tres años completos y que, a partir de marzo de 2018, podría negociarse una revisión de la vara de mando.

«Que dejen las concejalías»

El traspaso se antoja imposible en un clima de máxima tensión. En enero, el PSPV dio por liquidado el pacto, pero sus ediles se han aferrado hasta ahora a sus delegaciones. En los planes de Such no entra una moción de censura. «Nos vamos a mantener en lo que se pactó. Si no se cumple y no se avienen a razones, bloquearemos a Compromís», asegura Such.

Engo rechaza las acusaciones de agravio del PSPV y acusa a esta formación de «mentir», de «deslealtad» y de «ir de la mano de los populares para dinamitar la estabilidad municipal», hecho por el cual insta a sus ediles a dejar las competencias de gobierno. El alcalde sostiene que ha intentado reconducir la situación, pero «ellos mismos se han excluido del gobierno», zanja.