El último censo de población y viviendas elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2011 identificó en Xàtiva 2.710 domicilios vacíos sobre un parque global de 15.000 inmuebles residenciales. Pero basta con dar un pequeño rodeo por las calles de la ciudad o con repasar los principales portales inmobiliarios para constatar un fenómeno que ninguna agencia esconde: los pisos en alquiler escasean y decantarse por esta opción como forma de vida puede convertirse en una auténtica odisea, si uno quiere encontrar algo mínimamente decente que se ajuste a sus intereses.
En las webs especializadas, que recogen la cartera básica de las inmobiliarias, aparecen menos de 25 referencias de pisos ofertados en régimen de arrendamiento en toda la ciudad. Multiplicando este número por diez se obtiene la cifra de fincas a la venta: 223. Si a esta tipología de inmuebles se suman plantas bajas, chalés, estudios, apartamentos, dúplex y casas adosadas, el resultado son 346 opciones de compra y 31 de alquiler.
Esta desproporcionada estadística, confirmada por diversas fuentes del sector consultadas por el redactor que escribe en su particular búsqueda de piso -que le ha llevado a recalar en cuatro agencias- contrasta con el auge del mercado del alquiler, a raíz del estallido de la crisis económica. En 2017, la demanda de pisos en arrendamiento ha tenido más peso y relevancia que la compra de viviendas en España, algo insólito en un país en el que, hasta hace poco, seis de cada diez jóvenes creían que alquilar era tirar el dinero. El 52% de los españoles que viven de alquiler tiene una renta de entre 18.000 y 30.000 euros al año y suelen ser millenials, de entre 25 a 35 años. La alta movilidad del mercado laboral, la sociedad líquida y el temor a quedar atrapados influye en que muchos se nieguen a embarcarse en una hipoteca.
Aunque la cultura del alquiler parece no terminar de arraigar en la capital de la Costera, los pisos mínimamente aceptables duran muy poco en el mercado: sus anuncios suelen esfumarse en cuestión de días. Múltiples factores explican por qué la oferta escasea. Uno, sin duda, es la desconfianza y el miedo a unos inquilinos conflictivos, sentimientos que en ocasiones conduce a los propietarios a abstenerse de abrazar los canales masivos para limitarse a difundir su vivienda sin uso entre un círculo íntimo, con el boca a boca como única vía de promoción.
Otra razón señalada por los agentes es el bombardeo de noticias sobre una supuesta reactivación del mercado inmobiliario. Aunque, en realidad, el sector sigue muy resentido y no termina de arrancar, estas informaciones ejercen una poderosa influencia sobre aquellos que prefieren no alquilar su propiedad a la espera de que alguien llame a la puerta para comprarla. La ausencia de un flujo importante de estudiantes de otras localidades que han de establecerse en Xàtiva o el precio relativamente asequible al que pueden adquirirse un buen número de pisos en la ciudad también juegan en contra del alquiler.
Más baratos que la media
Según Fotocasa, el precio medio de la vivienda en alquiler en Xàtiva ha bajado un 14% en un año, hasta situarse en 469 euros: 4,29 euros el metro cuadrado. El importe es muy inferior al registrado tanto a escala nacional (7,97 euros/m2) como en la C. Valenciana (6,20 €/m2). El portal localizaba ayer siete pisos en el centro de la capital de la Costera, ninguno por debajo de 400 euros. En la zona de la calle de la Reina y en el Palasiet, el coste suele ser similar. Por menos de 350 euros solo se encuentran ofertas en el Carmen, la plaza de toros o el Raval. Los pisos en alquiler arrastran por lo general una antigüedad notable y tienen de media menos de 100 m2.
Según el INE, en 2011 había en Xàtiva 8.400 domicilios adquiridos (o en vías de ello) con una hipoteca de por medio; 1.006 inmuebles asumidos por los propietarios a través de una herencia o donación y 917 en régimen de alquiler.
