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MI BARCELONA DE LOS AÑOS 50 Y 60

MI BARCELONA DE LOS AÑOS 50 Y 60

H ace unos días me encontré casualmente en casa con un libro que con mucho entusiasmo y sentimientos escribí allá por el año 2006: un ensayo autobiográfico que llegué a publicar, pero que no salió a la calle; tal vez por el motivo de no haberlo traducido al catalán (lo que impedía tener una buena salida en librerías) o al tratar la mayor parte de su contenido sobre la Barcelona de los años 50 y 60 y en sí de Cataluña, y por tanto su influencia solo interesar mayoritariamente al lector catalán.

Barcelona, parada i fonda es el título del referido e íntimo libro, que con una pequeña tirada de uso personal de 15/20 ejemplares ha estado en el baúl de los recuerdos hasta estos días; desde que hace once años la editorial Publidisa de Sevilla me hizo la entrega. Debido a las circunstancias que tan intensamente se están desarrollando en Cataluña, aprecio que este libro contrasta con la situación que actualmente se está viviendo. Al releer ahora todo el relato autobiográfico e histórico que en su momento escribí, reflexiono y me entristezco al comprobar la problemática que está viviendo ahora esta comunidad, esparciendo el descontento por el resto del país con tantas noticias por todos los medios. Estoy rememorando de nuevo cuánto en las páginas del libro desarrollé, y aprecio que en casi todas sus partes estoy alabando las virtudes de esta tierra catalana; en particular de Barcelona. Pues ensalzo en el libro con plena convicción el potencial económico de la región, su extensa industria y su cantidad de sectores comerciales; la solidaridad de sus gentes, la diversidad del gran patrimonio artístico que cuenta y la extensa variedad de arquitectura „que es única„, destacando de lo antiguo, el románico. Los monasterios de Monserrat, Santes Creus, Núria, Poblet? Hasta cito en sus páginas los muchos setabenses que se establecieron en torno a 1960: empleados de toda profesión, destacando los de banca, del mundo del espectáculo?

También recuerdo en el libro los tiempos de mayor esplendor en inmigración que tuvo Cataluña, muy particularmente el de Barcelona y su provincia, entre 1950 y 1970, siendo los sesenta el periodo más destacable. De temas deportivos ni que decir que también los incluye, pues son muchos los que destacan sobresaliendo el fútbol. Los enclaves emblemáticos son cantidad en la ciudad condal. Montjuïc, el Tibidabo, la Sagrada Familia, su Catedral, Santa María del Mar, Pedralbes, el Palacio de Arte Español, el Liceo, las obras de Gaudí, la Ciutadela, las grandes construcciones nuevas con motivo de las olimpiadas? El barrio gótico, su destacado puerto de mar. Hasta menciono el día en que tropecé, para mi sorpresa y a muy pocos metros de la plaza Catalunya „muy escondido„ con el monasterio de Santa Anna, del siglo XII, enclavado hoy entre fincas actuales modernas que dan la sensación de querer estrangular esta reliquia del pasado. Hago todo este recordatorio pensando en aquellos que desconocen esta tierra o pasan de ella.

Las sardanas, interpretadas por el típico conjunto instrumental conocido como cobla, es el sentimiento de una de las partes de la cultura de esta región. Como así me afirmaba en su momento Lluís Subirana, persona relevante en el mundo de la cultura popular catalana y de la sardana con varios libros publicados. También en Barcelona, parada i fonda hago referencia a esta cultural parcela.

Cataluña, en definitiva, tiene tantas cosas grandiosas que la hace única. Es difícil enumerarlas todas, aunque mucha gente de fuera de ella, influenciada por las circunstancias actuales, no los valore o no se pare a pensar en las partes buenas que tiene al ponerlo todo en el mismo saco, un saco muy negativo. No es justo. Por ello y valorando yo en este libro las riquezas positivas y grandiosas de esta región, me pregunto el por qué se ha llegado a la falta de convivencia que está siendo evidente en estos tiempos, y a este punto tan desagradable y tan dramático para los mismos catalanes como en sí para el resto de España. Si bien, algún político catalán confiesa ahora que no se llegó en su momento a sospesar las consecuencias. Pero la verdad es que en estos momentos es cuando se están pagando los errores, innumerables pérdidas de todo tipo, con perjuicios tan cuantiosos para ambas partes, como estamos viendo, tanto sociales, de pérdida de confianza como de convivencia familiar; problemas políticos y económicos.

Antepasados catalanes

A todo esto, como valenciano y español que soy, y dejando aparte mi declaración de principios del libro, me duele aún más este desagradable enfrentamiento social por llevar yo sangre catalana pues mis antepasados por parte paterna provienen de Cataluña. Ya el tatarabuelo de mi tatarabuelo era de Reus (1667-1718); mi tatarabuelo, de Valls (1797-1850) y mi bisabuelo de Igualada (1819-1882). En conclusión, todo este relato me aclara que el tema de la independencia „sin yo dar ninguna opinión de sus motivos ni razones„me ha afectado e influido en estos momentos y en cierta forma a mis sentimientos más íntimos; con más razón al entrar en fechas como la navidad y el nuevo año. Pero sobre todo, porque intuyo que queda aún mucho por resolver en esta endiablada cuestión.

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