La empresa adjudicataria de las obras de sustitución de la cubierta del CEIP Vicente Gironés de Ontinyent no está dispuesta a cargar con toda la responsabilidad de los estragos ocasionados por la inundación del colegio, que ha obligado a reubicar a más de 200 alumnos durante al menos un mes en otros centros docentes. Urgacén Viena 25, SL niega los incumplimientos de los que le acusa la Conselleria de Educación y defiende que siguió en todo momento las órdenes de la administración.

El 23 de junio de 2017,el departamento autonómico formalizó el contrato con la constructora radicada en Murcia, que se impuso a otras 18 competidoras en el concurso público tras presentar una rebaja del 34% sobre el presupuesto inicial de licitación. En un principio, la obra debía iniciarse en verano con un plazo de ejecución de tres meses, pero la falta de una autorización necesaria para retirar la cubierta de amianto obligó a aplazarla medio año. «Nos dieron la orden de reanudar los trabajos en las vacaciones de Navidad, con lo que, según el plan de ejecución de obra, disponíamos hasta finales de febrero para realizarlos», expone a Levante-EMV la empresa.

Otro de los reproches que la conselleria dirige a la mecantil es la «falta de previsión» frente la alerta por fuertes precipitaciones del pasado fin de semana. Los responsables de Urgacén aseguran que hicieron todo lo que estuvo en sus manos para minimizar el impacto del temporal. «Realizamos con urgencia el techado del edificio de primaria -el afectado- que no disponía de forjado bajo el techado de amianto. Dejamos previstos unos desagües mientras se realizaban los trabajos de albañilería, pero con la cantidad de lluvias caída en los últimos días ha sido imposible prevenirlo», inciden. «Lamentamos lo ocurrido y estamos trabajando contrarreloj para habilitar el edificio lo antes posible -agregan-. Nuestra prioridad máxima es restablecer los servicios con la máxima urgencia posible y, una vez realizado, no tendremos ningún inconveniente en dar las explicaciones oportunas», zanjan.

Fuentes municipales también han señalado a la conselleria por los atrasos en los permisos de las obras, que incluyen la instalación de un ascensor y la mejora de la instalación eléctrica. Aunque el cambio de cubierta llevaba anunciándose desde septiembre de 2016, Educación licitó la controvertida actuación en enero de 2017 y no la adjudicó hasta junio, por 296.329 euros. Inicialmente se presupuestó en 450.035 euros.

La oferta de la constructora murciana -que a lo largo de su trayectoria ha recibido 21 adjudicaciones de organismos públicos, incluido el Ministerio de Defensa- se quedó a las puertas de incurrir en una baja considerada temeraria o desproporcionada: apenas 4.000 euros separaron el importe de su proposición de ese límite. La única aspirante que fue excluida del concurso fue la UTE Apuc-Rioma Redes, SL, que presentó una rebaja del 36,9%.

Urgacén quedó la primera clasificada en el proceso de selección tras ofrecer un descuento del 34% sobre el presupuesto original: el mismo porcentaje de ahorro por el cual la conselleria adjudicó a Bertolín hace 8 meses el derribo y reconstrucción del nuevo colegio Ramón y Cajal de Anna, otra intervención convertida en pesadilla para la administración autonómica. A día de hoy, esta obra no solo no ha comenzado, sino que permanece en suspenso a la espera de que se licite de nuevo, después de surgir sobrecostes no contemplados en el proyecto original que la encarecieron en 800.000 euros.

Dificultades técnicas

El Ayuntamiento de Ontinyent tuvo que presionar para que las obras del Vicente Gironés se iniciaran aprovechando las vacaciones de Navidad, con tal de «cumplir cuanto antes la reivindicación de la comunidad escolar» del centro, que en 2017 celebró su 40 aniversario. El 22 de diciembre, tras una visita de los técnicos de conselleria, el propio consistorio informó sobre su «petición expresa» para acelerar los trabajos. La demanda surtió el debido efecto.

La corporación municipal también ha tenido problemas con la cubierta del patio del colegio Bonavista, un proyecto redactado por los mismos arquitectos. Los trabajos, que debían estar listos en 2017, todavía no se han iniciado y han de volver a licitarse tras la renuncia de la adjudicataria inicial, motivada por el incremento de costes y el retraso de los permisos.

Aunque los avisos de lluvias se repiten para mañana, el edil de Educación de Ontinyent, Óscar Borrell, llamó ayer a la calma y aseguró que la cubierta del Vicente Gironés está preparada para soportar cantidades como las que se esperan, que, en principio, no superarían los 12 litros por metro cuadrado.