A principios de noviembre, el Ayuntamiento de Xàtiva envió un requerimiento urgente para emplazar a la propiedad del antiguo convento de Santa Clara, el Banco Santader, a acondicionar de manera inmediata el Bien de Interés Cultural (BIC), del siglo XIV, al amparo de la Ley de Patrimonio. Aunque la entidad financiera disponía de un plazo de dos meses para mover ficha, su respuesta -según ha podido saber Levante-EMV- fue prácticamente automática. El consistorio recibió poco después una comunicación en la que los representantes del banco se plegaban a negociar y mostraban su interés por alcanzar un acuerdo con la administración local para la cesión de uso del monasterio -abandonado desde hace 15 años- una demanda transmitida sin éxito con anterioridad por los gestores municipales. Lo único que pide la titularidad es una propuesta firme donde la corporación detalle cuál es su voluntad y qué tiene pensado hacer en el inmueble.

La pelota está, pues, en el tejado del ayuntamiento, que, en el marco de la negociación, está ultimando el borrador de un posible convenio donde, entre otras cosas, se mostraría dispuesto a asumir el coste de una serie de intervenciones de conservación y mantenimiento del complejo que, en una primera estimación, rondarían los 14.000 euros anuales. A cambio, la entidad local dispondría de las llaves y el equipo de gobierno cumpliría su compromiso de frenar el deterioro del edificio, con vistas a poder abrirlo al público.

Por su parte, el consistorio exigirá que se cumplan una serie de condiciones, que se cuantifique el conjunto de inversiones necesarias y, además, pedirá a la propiedad que informe sobre el precio al que estaría dispuesta a vender el conjunto arquitectónico de 4.000 m(2) situado en la calle Montcada, consciente de que su tasación real dista mucho de los 7 millones por los que salió a subasta en 2016, cuando se ejecutó la hipoteca adeudada por la constructora Ordisa. Así lo atestiguan su precario estado y las escasas esperanzas del banco de lograr su objetivo de desprenderse del mismo.

La redacción de esta nueva propuesta de cesión «en precario», sin embargo, se está retrasando desde hace meses por culpa del atasco técnico-administrativo que existe en el departamento de Gestión Patrimonial. Fuentes municipales admiten que ese documento tendría que haber estado en la mesa del banco desde verano. Aunque el arquitecto ya ha hecho un informe de evaluación sobre el edificio, la tardanza de la tramitación exaspera al equipo de gobierno. «La gestión administrativa cuesta mucho: si dependiera de la voluntad política, ya se hubiera hecho», subraya la regidora de Urbanismo, Cristina Suñer. Una vez perfilado, el borrador deberá pasar por la junta de gobierno, a la espera de fijarse un plazo concreto.

Suñer,en cualquier caso, señala que las conversaciones han avanzado y que «cada día» se observan «más facilidades» para que lleguen a buen puerto. La edil, que señala que en breve se remitirá a la Conselleria de Cultura una copia del Plan Especial del convento, recuerda los requerimientos remitidos al banco para recordarle sus obligaciones de adecentar y establecer un horario de visitas del BIC. De momento, ante el giro adoptado por la interlocutora y su voluntad expresa de negociar la cesión, sin embargo, se ha aparcado la vía «dura» iniciada en noviembre, que amenazaba con sancionar a la entidad financiera si no presentaba un plan de medidas básicas para garantizar la seguridad de Santa Clara y de actuaciones de mantenimiento y limpieza periódicas.

Según el informe emitido por el arquitecto municipal, entre las tareas que hay que abordar con más urgencia en el interior del inmueble figura el desbroce, la supresión de las malas hierbas y la poda de los árboles de los patios, donde la vegetación avanza sin control y podría llegar a afectar a la conservación del complejo, dando lugar a situaciones de insalubridad.

Actuaciones urgentes

Pronto se cumplirán dos años desde que el Santader asumió la propiedad de Santa Clara. El consistorio ha fracasado con anterioridad en sus intentos por asumir una parte o la totalidad del monasterio desde 2016. Por ello, ahora se trabaja en una oferta mucho más elaborada que se enfoca de forma que pueda ser acogida por el banco. Cabe recordar que la propiedad incluso se negó a dejar en manos de la corporación el local inscrito en el edificio que recae a la Avenida Selgas -la antigua sede de Cruz Roja- para albergar la nueva Oficina de Turismo, finalmente instalada en la Font del Lleó.

A la espera de que la titularidad fije el precio, el ayuntamiento no contempla comprar el BIC en el corto plazo, si bien no se descarta, como posible opción de futuro, lanzar una oferta pública de venta de suelo municipal para conseguir fondos con los que adquirirlo.