La desaparición de Olímpic femenino ha dejado a Xàtiva sin ningún equipo de fútbol de chicas en la Lliga Autonòmica, donde el club era colista tras el rumbo errático de esta temporada. El conjunto femenino del club de Xàtiva no se presentaba la pasada jornada al partido previsto y certificaba así su disolución, ante la falta de respaldo del club setabense. Jugadoras y exjugadoras lamentan el final del Olímpic femenino, después de más de una década de existencia.

Laura Ruiz, una de las exjugadoras, que vivió la creación del equipo y que ahora juega en el Sporting de Mahón (Islas Baleares), recuerda cuando «nos propusieron cambiar el color rojo por el blanco, era aquella época en la que el fútbol menos profesional movía cantidades desproporcionadas de dinero; nos ofrecieron muy buenas condiciones». Laura pone de manifiesto que el Olímpic femenino «se convirtió en un rival difícil de batir, nos ganamos el respeto y conseguimos la recompensa: el ascenso a 2ª división nacional».

Pero con el inicio de la crisis el fútbol femenino fue «el más perjudicado». La exjugadora señala que «casi desde el principio tenía una muerte anunciada, al sufrir la dejadez de la directiva del club». El equipo «se ha mantenido por la ilusión de unas jugadoras que han luchado hasta el final para evitar que ocurriera lo que finalmente ha pasado». El equipo tuvo que autogestionarse: pagar árbitros, entrenador, equipación,...

Otra de las jugadoras, Belén, que ha formado parte de la plantilla hasta el último momento, remarca lo que suponía para las chicas formar parte del equipo de fútbol. «Puede que a muchos les dé igual [la desaparición del Olímpic femenino], pero a nosotras no. Somos nosotras las que hacemos posible el fútbol femenino; las que en la mayoría de casos no obtenemos un beneficio por jugar, sino que tenemos que pagar para ello; somos nosotras las que invertimos tiempo en ir a jugar a sitios que quedan muy lejos de casa y, además, frecuentemente en vehículos propios; somos nosotras las que sufrimos la lacra de una desigualdad latente en el mundo del fútbol, y por extensión del deporte».

Desigualdad en el deporte

Frente a ello, la jugadora ensalza lo que ha caracterizado al Olímpic femenino, «las ganas, la ilusión, el esfuerzo en cada entrenamiento y en los partidos». Belén afirma que la desaparición del Olímpic femenino «significa que, una vez más, el fútbol femenino pierde el partido y queda muy por detrás del masculino», y manifiesta que «no basta la ilusión para mantenerse en el fútbol, son necesarios los recursos económicos, apoyo de la directiva e igualdad». Laura y Belén concluyen que el final del Olímpic femenino «es el claro ejemplo de la desigualdad que viven las mujeres que practican deporte».