El Ontinyent volvió a caer derrotado como visitante en lo que ya parece haberse convertido en una crisis de resultados del conjunto blanquinegro lejos de casa. De hecho, con la del domingo ante el Olot, el club textil acumula seis jornadas sin anotar ni un solo gol como foráneo. La última vez que la escuadra ontinyentina anotó una diana fuera del Clariano se remonta al 2 de diciembre, cuando visitó el Rico Pérez, en un choque que acabó en tablas y en el que Tito avanzó al Ontinyent. Unas cifras que contrastan con el arranque de la primera vuelta, donde los de Vicente Parras se mostraron más fuertes como forasteros que no como local.

Evidentemente, en esta segunda vuelta, con el orden invertido, se ha rendido visita a los campos más complicados de la categoría como Cornellà, Mallorca, Lleida. Tal vez, el resultado menos esperado fue el del domingo, contra un equipo que se mueve por las arenas movedizas del descenso y que venía de sufrir una semana irregular en cuestión de sesiones preparatorias por la nevada que azotó la zona de la Garrotxa. En definitiva, unos dígitos que preocupan hasta el mismo entrenador del Ontinyent. «Tampoco relacionaría todos los partidos. Me preocupa el partido de Olot que fue ante un rival que no creo que sea superior a nosotros. En encuentros como el del domingo nosotros deberíamos haber sido capaces de marcar aunque sea un gol. En otros escenarios como el de Lleida, Mallorca se puede entender que nos cueste más, pero contra el Olot me preocupa que no lográramos generar algo más», admite Vicente Parras.

El entrenador del Ontinyent no achaca estos marcadores negativos a un punto en común sino a historias diferentes, incluso Parras argumenta que los planteamientos en otros campos han sido tan ofensivos como los que se diseñan para jugar en el Clariano. «Cada partido ha sido diferente con planteamientos distintos. En Lleida salimos más con un pivote defensivo por la carga de partidos que teníamos, pero ante el Olot arrancamos con Anaba y Juanan, igual que en casa y aunque en la primera mitad llegamos bastante al área rival, nos costó concretar».

Una de las lecturas que se extrapolan de la mala racha lejos del Clariano es la fortaleza como locales de la gran mayoría de equipos. Todos luchan por sus objetivos y exprimen al máximo sus opciones ante rivales sea cual sea su potencial. Sin ir más lejos, el Olot, que ocupa la decimocuarta plaza, suma ocho partidos seguidos sin perder en casa. Es el oxigeno que le mantiene en vida. Unos datos similares al Ontinyent, con nueve jornadas sin ser superado por ningún rival que ha pasado por la Avenida del Textil. «Quien consiga la conocida media inglesa o incluso quien logre puntuar fuera va a tener mucha ventaja», concluye el técnico del Ontinyent.