A las dos menos veinte de la tarde del 8 de noviembre de 2012, un hombre acudió al cuartel de la Guardia Civil de Enguera para denunciar que había sido víctima de un robo con intimidación cuando se encontraba trabajando como encargado del complejo hotelero situado a la entrada de la localidad. Según su relato de los hechos, dos individuos con pasamontañas irrumpieron en el establecimiento a las 8 de la mañana de ese mismo día, uno de ellos armado con una barra de hierro, y sustrajeron de las instalaciones 4 televisores, un ordenador personal, un bolso con dinero y diversa documentación de la empresa.

A raíz de la declaración, la Guardia Civil abrió una investigación que condujo a los agentes a inspeccionar el hotel y a interrogar al vigilante de seguridad, a otros empleados y al administrador concursal de la empresa explotadora, que había sido intervenida judicialmente por impagos dos meses antes del supuesto robo. A la vista de las contradicciones de la denuncia, el encargado fue citado a comparecer de nuevo en el cuartel de la Benemérita y reconoció que se había inventado los hechos para beneficiar al hotel. En septiembre de 2017, el juzgado de lo penal nº15 de València condenó al acusado a pagar una multa de 10 euros diarios durante un periodo de tres meses y un día por un delito de simulación de delito en grado de tentativa. El hombre presentó un recurso de apelación por considerar la pena excesiva, alegando que se había retractado. Sin embargo, la Audiencia Provincial confirmó en todos sus términos la sentencia, hecha ahora pública.