Después de tres agotadoras jornadas abarrotadas de actos que han convertido Agullent en un hervidero de gente durante el puente, las comparsas morocristianas apuran hoy los últimos coletazos de las fiestas patronales de 2018 en honor a Sant Vicent. Las fuerzas se resienten tras el intenso día de ayer, en el que apenas hubo tiempo para el descanso. Las emociones estuvieron a flor de piel desde primera hora de la mañana, con el tradicional Combregar d'impedits, que dio paso a la posterior Pujada a l'ermita de Sant Vicent, acompañada de los atronadores disparos de los arcabuces, en la representación de los combates entre los ejércitos moro y cristiano.

Después de la misa cantada, el habitual pasacalle desembocó en una gran mascletà por el día del patrón, de cuya muerte se conmemora este año el cuarto aniversario. Por la tarde, Sant Vicent Ferrer fue el protagonista de la multitudinaria procesión, que concluyó con un castillo de fuegos artificiales disparado en la plaza Espanya de la localidad.

La actividad festiva se retoma hoy martes con una diana a las 8 de la mañana. De 11.30 a 14 h y de 16 a 18 horas, los más pequeños podrán seguir difrutando de los castillos hinchables instalados en la Font Jordana. Los ejércitos morocristianos volverán a enfrentarse con arcabucería a las 12 por la mañana y a las seis por la tarde. A continuación de cada batalla, a las 12.30 y a las 19 horas respectivamente, las cuidadas embajadas mora y cristiana anunciarán la consiguiente rendición del castillo, colocado en la fachada del consistorio, a favor de los vencedores en cada caso. La embajada de la mañana será presenciada por la vicepresidenta de la diputación, Maria Josep Amigó. El popular evento, en el que intervienen una gran cantidad de festeros, es una batalla sin armas, sólo de palabra, entre el embajador vencedor y el derrotado. Posteriormente, se recrea el Baile de Mahoma. La festividad de los Moros y Cristianos de Agullent data del siglo XIX y fue nombrada de Interés Turístico Autonómico en 2012.