La asociación cultural La Pebrella de Canals prepara acciones reivindicativas para poner de manifiesto el «grave peligro de desaparición» que corren diversos elementos patrimoniales de relieve en la localidad. El último capítulo de la «pasividad» que la entidad reprocha al consistorio lo protagoniza el Molí Vell o de Ferri, enclavado en el esqueleto industrial de la difunta mercantil Rodrigo Sancho. El colectivo ha lamentado que el inmueble, documentado desde el siglo XVIII, fue adjudicado mediante subasta judicial a una empresa constructora radicada en Sevilla, en el marco del proceso de liquidación de la mercantil de curtidos. La promotora, dedicada a la compraventa de inmuebles por toda España, oferta ahora el edificio en distintos portales web por 100.000 euros, según ha podido comprobar este diario.

La superficie del conjunto arquitectónico, que ha tenido varios usos a lo largo de la historia, ocupa 4.436 m2 y salió a subasta con un precio de partida de 24.000 euros. La inmobiliaria lo adquirió por 35.000 euros. Antes de adjudicarse, en un pleno de abril de 2017, La Pebrella emplazó al gobierno cuatripartito de Canals a aprovechar el procedimiento para incorporar el bien al inventario público municipal. El presidente del colectivo, Francesc Tormo, alerta del peligro de que el histórico edificio, cuyos orígenes señala como medievales, termine destruido.

El concejal de Patrimonio de Canals, Antonio Orea, recalca sin embargo que el inmueble ubicado junto al Cànyoles, en el Paseo de la Industria, acumulaba una serie de cargas y gravámenes que, según éste, convertían la operación de compra en inviable, como consecuencia de las deudas que arrastraba Rodrigo Sancho con la Tesorería de la Seguridad Social y otros organismos. Aún así, Orea afirma que consultó con los técnicos la posibilidad de participar en la subasta y éstos lo desaconsejaron. «Es ilegal: el ayuntamiento no es un particular y no puede pujar». El edil mantiene que el ayuntamiento «no va a permitir que desaparezca el molino ni que se le dé un uso que no corresponda», haciendo uso de sus competencias en la concesión de licencias.

A petición de la Pebrella, el consistorio aprobó por unanimidad en enero de 2017 una moción para declarar Bienes de Relevancia Local (BRL) éste y otros elementos amenazados, como los lavaderos públicos y privados situados a la ribera del Riu Sants,las acequias, partidores y los acueductos de riego relacionados con la singular arquitectura del agua, muy presente en Canals, pero también las chimeneas industriales, los retablos cerámicos devocionales desperdigados por el pueblo y diversos edificios históricos como el Molí Vell. El objetivo: que se tomaran medidas urgentes de conservación. Más de un año después, no hay noticias de que el proceso de protección de los bienes haya avanzado. «El ayuntamiento no responde a nuestros correos: nos ningunea», señala Tormo. La Pebrella ya llevó a cabo una campaña de firmas para instar a la corporación a actuar, pero, superado el ecuador de la legislatura, la entidad considera que ha llegado la hora de elevar la presión. Por eso, hoy ha convocado a todos los canalenses preocupados por el patrimonio para abordar posibles actuaciones (Ca don Jose, 19.30 horas), entre las que no se descarta una protesta.

Trámites «muy costosos»

El concejal del ramo, Antonio Orea, responde que sí se está siguiendo el camino para la declaración de los Bienes de Relevancia Local, pero los trámites y expedientes requeridos son «muy costosos». El edil mantiene el compromiso de que el ayuntamiento va a proporcionar «una protección mínima» a las joyyas más emblemáticas del patrimonio local. «Intentamos hacer una política realista y proteger lo más inmediato». Orea recalca que Canals solo tiene un arquitecto municipal, carece de «especialistas que puedan prestar su asesoramiento» y dispone de un presupuesto modesto. El concejal resalta, no obstante, que la partida de patrimonio se eleva ahora a «40.000 euros anuales, cuando en legislaturas pasadas no se dedicaba ni un euro».

No obstante, La Pebrella ya puso el dedo en la llaga cuando censuró meses atrás que las cuentas municipales de 2018 destinaban prácticamente más dinero a un parque canino. Para Francesc Tormo, la falta de recursos «no es excusa» porque «la conselleria y la diputación tienen técnicos y asesores a los que se puede recurrir». Además, ahonda, otros municipios más pequeños como Agullent «están llevando a cabo actuaciones de recuperación del patrimonio muy importantes». A juicio de Tormo, «falta sensibilidad» en el gobierno local. Y cita como ejemplo el lavadero que se hundió en la calle València por falta de conservación o las chimeneas industriales «a punto de caer». «Tenemos un patrimonio modesto, pero queremos que se cuide y se conserve. Han desaparecido muchas cosas interesantes y luego todo el mundo se lamenta: es el momento de trabajar y de hacer ver que hay que mantenerlo», cconcluye.