La Romeria a la Ermita de Santa Anna de la Llosa de Ranes volvió ayer a ser un éxito de asistencia y organización de una cita más que consolidada „ayer era la 33 edición„y que permite a los participantes disfrutar de unos 4,5 kilómetros de subida a Santa Anna, un espacio que por su elevado emplazamiento (344 m.), ofrece unas vistas espectaculares de la Costera y las comarcas vecinas. Ayer, en un espléndido y soleado día, pudieron comprobarlo un millar de participantes de una fiesta que este año se ha internacionalizado, con la asistencia de un grupo de ingleses.

Medio centenar de caballos del centro de hípica Font del Saladrar, más de 30 carruajes y un millar de caminantes partieron sobre las diez de la mañana desde la Plaça Major de la Llosa de Ranes. Lo hacían después del reparto de las cañas y tras la bendición a cargo del párroco Andrés Asensio. La imagen de Santa Anna salió pasadas las diez y media, cerrando el paso de la multitud de participantes, entre ellos el alcalde, Evarist Aznar.

Entre los romeros, la mayoría de ellos vecinos de la Llosa de Ranes, destacaba este año el grupo de ingleses, y llegaron también visitantes de otros pueblos de la Costera como Vallada o Rotglà i Corberà, así como de municipios de otras comarcas: Massalavés, Castelló de la Ribera, Alcàntera del Xúquer o Càrcer. La llegada de la imagen de la santa a la ermita gótica de Santa Anna (s. XV) se coronó con una exhibición de danzas del grupo local Ras i Pla, una misa y la bendición de los términos. Después los romeros comieron en los alrededores de la ermita y Els Banys, donde a las 16:30 se representó la obra teatral infantil El tresor de Benimassot.

El alcalde de la Llosa, Evarist Aznar, destacaba la «espectacularidad» de las danzas en la explanada de la ermita, «una imagen muy plástica. Es todo un espectáculo verlo». Aznar subrayaba que la celebración que permite «promocionar el pueblo» y, con la multitud de asistentes, «ver el impacto y la repercusión de la Romeria de un pueblo acogedor con los visitantes. La fiesta es muy abierta, y la gente de fuera la disfruta como uno más», concluía el alcalde.