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Nuestro mayo del 68

en mayo de 1968, en Ontinyent, como en el resto de España, no hubo movimientos como los del famos mayo parisino o la primavera de Praga. Sin embargo, empezaron a darse cambios como presagio de un futuro próximo y diferente. El bachiller en la ciudad solo se podía estudiar, con una buena suma mensual, en el colegio La Concepción. O también con beca. La reválida de cuarto se examinaba en el instituto de Albaida. Eran días de transición. De cambiar, para algunos, las devociones santorales católicas por las modas y el universo pop que cautivaban los Beatles y otros referentes transgresores de la década prodigiosa. En las casas aún no había tele. Así que después del asunto de Serrat con el La, La, La del que no supimos nada, veríamos a Massiel (para el caso en la tele de los tíos, y por supuesto en blanco y negro) vencer en Eurovisión, por delante de la popular Congratulations del Cliff Richard.

El censo de aquel año en Ontinyent alcanzaba los 23.273 habitantes. Había quejas de los vecinos que no podían dormir por el ruido de los telares textiles ubicados, mayormente, en el casco urbano. El alcalde de Ontinyent era, desde marzo de 1967, Vicente Gironés Mora, bajo cuyo mandato, en ese 1968, se adquirirían los terrenos en la finca Santa Bárbara para levantar el actual IES de l'Estació. Una infraestructura educativa decisiva para los ontinyentins.

No nos enterábamos

El mayo de aquel 68 certificó el segundo ascenso del Ontinyent CF a la división de plata, tras eliminar sucesivamente al Cacereño y a la Cultural Leonesa. En 1968 también se inaugura, con gran pomposidad, la nueva Escuela de Formación Profesional del Barranquet, acto presidido por el entonces ministro y secretario general del Movimiento franquista, José Solís Ruiz. Pero por aquí permanecíamos en la higuera en asuntos como el concierto de Raimon del 18 de mayo en la Universidad Complutense de Madrid. O sobre el segundo EP que le editaría Concèntric ese año a Lluís Llach, donde al final se encontraba la ya mítica canción por la libertad l'Estaca. En Estados Unidos, esa primavera era asesinado Martin Luther King, el gran defensor de los derechos de la población negra. Un impacto importante, entre la sociedad ontinyentina, sería la aparición del periódico Ciudad, ligado a la cabecera del mismo título que se editaba en Alcoi. En el 68 se producen importantes cambios en las parroquias católicas ontinyentinas. Así, el párroco de Santa María, Julio Roig Villalba, es destinado a València. El titular y fundador de la parroquia de Sant Josep, Basilio Sancho Martín, es trasladado a Enguera. Mientras que el titular de San Carlos, Vicente Cremades, se marchó al Grau de Gandia.

Revistas como Fans, y posteriormente Mundo Joven, servían para estar al loro de las novedades musicales. Aunque la mayoría aún no disponía de tocadiscos. Así que algunas emisoras (caso de Radio Ontinyent EAJ 30) permitían escuchar, en ese 68, canciones como la vencedora del festival de Benidorm, La vida sigue igual, que catapultó a Julio Iglesias, y que también fue cantada por los Gritos. Pero igualmente se podía escuchar a Marisol y su Corazón contento o a Juan y Junior con Anduriña. Mientras de fuera nos llegaba Hey Jude, de los Beatles; el Delilah de Tom Jones; Soul Finger, de The Bar-Kays o el Pata Pata de la sudafricana Miriam Makeba.

Eran los tiempos de Cuéntame, canción que posteriormente prestaría su nombre a la célebre serie televisiva de la familia Alcántara o también al gran éxito musical de debut de Ismael Serrano

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