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A vueltas (políticas) con el patrimonio histórico de Xàtiva

el patrimonio histórico, su conservación, protección, restauración y promoción es un tema que en los últimos tiempos está adquiriendo una cierta relevancia social y, en algunos casos, una notoria repercusión mediática. Por ello, no resulta extraño que, desde el ámbito político y sobre todo local, resulte apetecible utilizarlo, para tratar de captar la atención, dejando en un lugar menos prioritario la solución inmediata de su, en la mayoría de casos, preocupante estado, que se ha ido agravando tras años de inacción, estancamiento y falta de inversiones planificadas.

En la ciudad de Xàtiva, una ciudad histórica y monumentalmente destacada, pese a que sus habitantes han tardado bastante más que la gente de fuera en valorar y darse cuenta de la trascendencia de esta condición, se están produciendo en las últimas semanas diversas noticias de actuaciones, situaciones y declaraciones de intenciones políticas que tienen como eje central o complementario el valioso patrimonio histórico-artístico setabense. Entre ellas, el procedimiento administrativo para ubicar unas dependencias de servicios de la Diputación Provincial de Valencia, que ha quedado desierto, sin posibilidad material, casi desde el principio, como manifestó la asociación Iniciativa para la Recuperación del Centro Histórico de Xàtiva, para que este servicio al ciudadano se instalara dentro del degradado conjunto histórico. De «crítica gratuita y con poco fundamento» consideran desde la institución provincial esta queja, olvidando el deber que la Constitución Española, en su artículo 46, impone a los poderes públicos de garantizar la conservación y el enriquecimiento del patrimonio histórico y artístico de los pueblos de España, cualquiera que sea su régimen jurídico y titularidad. Y teniendo en cuenta, además, que tres de los partidos que gobiernan la institución provincial, en su representación en la ciudad, se adhirieron hace tres años con su firma a un manifiesto para la recuperación del centro histórico de Xàtiva que recogía en uno de sus puntos el mantenimiento en este espacio del uso de servicios públicos y el incremento de centros y oficinas de estos servicios.

Otra de las actuaciones que han llevado al patrimonio histórico setabense a las páginas de la actualidad ha sido la manera de proceder en la organización política de la importante reivindicación social, absolutamente justa y necesaria, para denunciar la lacra de la violencia, abuso y discriminación injustificada de cualquier tipo contra las mujeres, que tal vez no necesitaba, para su indiscutible procedencia y éxito, de la utilización del patrimonio histórico-artístico, ni transgredir su vigente legislación de protección, aprobada en su momento con la loable pretensión de su salvaguarda, conservación, valoración y respeto, para transmitirlo en las mejores condiciones a las generaciones futuras, sin distinción entre mujeres y hombres.

Además, a un año vista de las próximas elecciones municipales, algunos responsables de formaciones políticas locales comienzan a lanzar ya sus mensajes en presentaciones, notas de prensa y redes sociales, sobre la actuación que consideran prioritaria en el olvidado, cada vez más deshabitado y plagado de carteles de venta, centro histórico de Xàtiva. El "bombardeo" de mensajes de este tipo irá, como en citas electorales anteriores, creciendo en intensidad y por parte de todos los partidos hasta el mes de mayo de 2019. Pero en alguna pausa de este carrusel, algún domingo por la tarde, cuando ya no se publica noticia alguna sobre la ciudad, bastará darse una vuelta por alguna calle alta, antes de caer la noche, de este a oeste del extenso casco antiguo setabense, para verla desierta, con el pavimento remendado, sus fachadas mudas, desconchadas, cableadas sobre letreros casi ilegibles de antiguos comercios, salpicadas de coches y furgonetas sobre aceras y con algunos muebles rotos esparcidos lejos de los contenedores, para augurar que, probablemente, seguirá primando el interés político al utilizar y hablar en términos grandilocuentes del patrimonio histórico de la ciudad. Que, lamentablemente, no hay una hoja de ruta planificada por todos los partidos y agentes sociales, económicos y culturales, con verdadera voluntad de dotarla, aplicarla y exigirla, gobierne el partido que gobierne, en un eficiente marco operativo del ya veinte años carente Plan Especial del Conjunto Histórico-Artístico de Xàtiva, que, abordando el último año de legislatura, sigue sin ver la luz definitiva. Con su entrada en vigor, al menos, se podrá comenzar a construir, desde ese cimiento jurídico, un futuro esperanzador para el corazón emblemático de Xàtiva, que hoy, convertido en un triste recuerdo de su esplendor perdido, -algo que nunca debieron consentir las y los setabenses- sigue encogiendo el alma a quienes, de verdad, lo han conocido, apreciado, valorado y siguen creyendo en él, a pesar de todo.

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