Más de un año después del derrumbe que, en marzo de 2017, dejó a la intemperie una parte de la capilla de la comunión de la Iglesia Colegial Basílica de Santa María de Xàtiva, las obras de emergencia desplegadas para reparar la cubierta y la vuelta de crucería del presbiterio se han dado por finiquitadas. El abad de la Seu, José Canet, confirmó el viernes a este diario el remate de los trabajos, demorados en el tiempo por las dificultades económicas del templo y los obstáculos burocráticos surgidos desde que los temporales de lluvia y viento originaron el importante boquete en la cúpula.

Las obras se iniciaron a mediados de diciembre pasado, pero fueron paralizadas por la Conselleria de Cultura a las dos semanas debido a la falta de permisos de la Dirección General de Patrimonio, puesto que no se siguieron los trámites requeridos. Los trabajos desarrollados a lo largo de esos quince días permitieron arreglar la parte interior del tejado para cubrir el agujero y evitar filtraciones, pero la actuación principal, consistente en la reparación de la cubierta, tuvo que posponerse. El mal estado de las vigas de madera que la sostienen precipitó el derrumbe.

Aunque, inicialmente, se consideró que la reparación podía solventarse con una pequeña inyección económica, un examen exhaustivo reveló desperfectos de calado que elevaron a 80.000 euros la factura. Ante la falta de recursos propios para sufragar ese coste, la Seu se acogió a la convocatoria de ayudas de la Conselleria de Cultura para la recuperación de patrimonio. Sin embargo, el Bien de Interés Cultural (BIC) quedó excluido de los beneficiarios porque la documentación no se presentó en tiempo y forma.

El seguro no se hizo cargo de los daños y las colectas iniciadas entre los feligreses resultaron insuficientes para cubrir el montante requerido, por lo que la Colegiata tuvo que endeudarse con la solicitud de un préstamo bancario para poder acometer la obra. Todo ello, unido a la lentitud burocrática, ha eternizado los trabajos en la cúpula, que tuvo que taparse con una especie de toldo hasta el inicio de los trabajos, en diciembre, para evitar que el agua causara más daños. Tras varios meses con las obras paradas, el ayuntamiento concedió el 7 de mayo el permiso que las desbloqueó, una vez los técnicos de la conselleria definieron los criterios. La reparación ya se ha rematado y se ha restablecido la normalidad en la capilla, que permanecía cerrada al culto.