Las obras de la Casa de Cultura de Ontinyent permitirán ganar espacio expositivo, además de reforzar las estructuras y mejorar la accesibilidad, los acabados o las condiciones ambientales, de iluminación y seguridad. El alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, ha visitado las actuaciones en materia de adecuación de este inmueble de tres plantas de altura en la calle Maians, originario del XVIII, que están ejecutándose desde el pasado mes de febrero y que están avanzado a buen ritmo. Está prevista la finalización antes del plazo contractual de ejecución previsto, que es de siete meses, por lo que en septiembre podría abrir al público, según añadieron.

La intervención, presupuestada en 360.000 euros (de los que la Diputación de Valencia aporta cerca del 50% a través del programa de Inversiones Financieramente Sostenibles) permitirá a la ciudad contar con un espacio apto para grandes exposiciones, como será el caso de la exposición Memoria de la Modernidad, que servirá de estreno en este sentido en llevar a Ontinyent más de un centenar de obras pertenecientes al patrimonio de la Diputación de Valencia, entre ellas de artistas como Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, Mariano Benlliure o Equip Crònica.

Durante la visita, Rodríguez, que acudía acompañado por los concejales Jaime Peris, Sayo Gandia y Àlex Borrell, explicaba que «en materia de cultura, era importante avanzar en la consolidación de una programación estable en el teatro Echegaray o haber ganado la calle como espacio escénico, pero también era necesario contar por fin con una sala que cubrirá los requisitos que marca el Ministerio de Cultura para acoger grandes exposiciones, cosa con la que hasta ahora no contábamos», señaló.

La arquitecta de la obra, Sari Calatayud, explicaba al alcalde que con la redistribución realizada, se ha conseguido que la sala 1 haya aumentado en 18 metros cuadrados sus posibilidades expositivas, al haberse ganado el espacio de un antiguo almacén en desuso. Igualmente, en la primera planta, la sala 5 aumenta en 20 m² su superficie, pasando de los 22 preexistentes hasta los 42, al haberse eliminado una pared divisoria. En total se contará con 215 metros cuadrados de espacio expositivo entre las dos plantas. En cuanto a la eliminación de barreras arquitectónicas, habrá un nuevo servicio adaptado en la sala de exposiciones de la planta baja, y otro en la zona de oficinas existente, que también será accesible (hasta ahora sólo se podía entrar en escalones). El acceso principal al edificio también verá reducido el desnivel preexistente, indicaron.

Otras mejoras muy importantes son el cambio de estructuras en los forjados de algunas zonas o los equipamientos, que serán dotados de aire acondicionado, deshumidificadores y luminarias para conseguir unas condiciones óptimas de temperatura, humedad relativa y alumbrado. La dirección de la obra está en contacto permanente con el departamento de Arqueología con el objetivo de no afectar los valores protegidos del edificio y dejar registro de los diversos elementos que se retiran o encuentran, tales como dos pozos de 7 y 4'5 metros de profundidad aparecidos en el patio interior y en una de las salas, explicaron. Los pavimentos levantados en la primera planta serán recuperados en el nuevo diseño, añaden.