La Junta de Gobierno Local del pasado lunes aprobó las Instrucciones Internas Reguladoras de los Procedimientos de Contratación del Ayuntamiento de Xàtiva. El documento incluye instrucciones específicas sobre la ejecución de contratos. Una medida que satisface la petición que Compromís Xàtiva hizo el plenario de abril.

En el pleno de septiembre de 2015 se aprobó la moción sobre Control de Contratos, presentada por Compromís Xàtiva, que manifestaba la necesidad de dotar al Ayuntamiento de herramientas y mecanismos que garantizaran la transparencia y el correcto desarrollo de sus actividades, y que los servicios públicos cedidos a terceros se desarrollaron en las condiciones adecuadas y los términos pactados, no sólo en lo referente al procedimiento, sino también a su correcta ejecución.

Aunque a día de hoy el Ayuntamiento dispone de la UNICOBE, un órgano específico para el control de los los grandes contrato municipales, Compromís Xàtiva consideraba que seguía vigente su demanda en cuanto a contratos de obra menor, servicios, suministros y concesiones, y presentaron nuevamente la moción.

A petición de una parte del Equipo de Gobierno, la Portavoz de Compromís Xàtiva, Cristina Sunyer, retiró la moción a cambio de que el Alcalde, Roger Cerdà, se comprometiera a redactar unas instrucciones específicas sobre la ejecución de contratos .

Del mismo modo, el grupo municipal Compromís Xàtiva ha llevado a aprobación en el plenario de este mes, celebrado el sábado 26, una moción exigiendo al Gobierno Central la evaluación del impacto social y económico de la llamada tasa rosa en la totalidad del Estado; además de la catalogación de los productos de higiene íntima femenina como bienes de primera necesidad y la aplicación del IVA superreducido (4% frente al 10% actual) a estos productos.

La formación se ha mostrado satisfecha con la aprobación por unanimidad de la moción. Su portavoz, Cristina Suñer, denunciaba la doble discriminación económica que sufren las mujeres que, además de tener sueldos más bajos que los hombres por desempeñar los mismos trabajos, llegan a pagar hasta el 170% más que los hombres por los mismos productos si van envasados en color rosa. Una catalogación que, además, Suñer definía como "anacrónica y casposa".