La fuerte tormenta de lluvia y granizo que el martes por la tarde sorprendió a los vecinos de Moixent ha echado a perder buena parte de la producción de fruta de verano en este término municipal. Las primeras estimaciones manejadas por las organizaciones agrarias cifran entre 300 y 400 las hectáreas de cultivos afectadas de forma significativa por el episodio, que ha dejado muchos campos con la cosecha «tocada» por completo en plena campaña de recogida del albaricoque. También los viñedos y las zonas en estado de siembra han registrado daños, en este último caso como consecuencia de los arrastres de agua.

Según AVA-ASAJA, las pérdidas económicas en el albaricoque podrían superar los 3 millones de euros, mientras que la incidencia de la tormenta en los cultivos de olivos y almendros no ha sido tan notable, con un impacto negativo es que se situaría en algo más de medio millón de euros.

La intensidad de la piedra, unida a la gran cantidad de precipitaciones recogidas en un lapso de tiempo de apenas 40 minutos (entre 35 y 50 litros por metro cuadrado según zonas) ha terminado de hundir las expectativas de algunos agricultores, ya de por sí por sí muy pesimistas este año debido a las heladas del mes de marzo que, en pleno proceso de floración de la fruta, provocaron mermas de producción del 60% en la comarca de la Costera, acompañadas de una pérdida importante de la rentabilidad. La tempestad, además, llega en el peor momento posible, cuando los propietarios de los campos están cerrando las transacciones de sus cosechas con las empresas y los establecimientos.

A comienzos de mes, otra tormenta de granizo ya ocasionó pérdidas en algunos campos de la población, aunque de mucha menor entidad. Entonces, los daños se concentraron en el término aledaño de Vallada, especialmente en el albaricoque y el paraguayo. En esta ocasión, los papeles se han invertido. El granizo tuvo su epicentro de destrucción el martes en un ámbito agrario localizado pero extenso, de unas 600 hectáreas en total, con especial incidencia en las partidas del Bosquet o les Alcusses, donde se han registrado mermas de producción del 100% en algunas parcelas. La cantidad de piedra descargada en determinados puntos ha provocado incluso defoliaciones y daños en la madera de los olivos que afectarán a producciones futuras, según indican fuentes de La Unió. La organización agraria no pudo ayer ofrecer un balance concreto y definitivo del porcentaje total de cosecha echado a perder y del menoscabo económico sufrido, a falta de recabar todos los datos. La tormenta se extendió a Vallada, donde esta vez los estragos fueron mínimos, y a Fontanars. El término de la Font de la Figuera también se libró del mal.

Caminos intransitables

Aemet constató el martes por la tarde tres focos de tormenta en la C. Valenciana y Murcia. El más intenso se registró en el término de Ayora. Los otros dos sacudieron a Los Isidros y en Moixent. En esta última localidad, el agua desbordó barrancos como el del Bosquet, que conduce sus aguas al río Cànyoles, y desencadenó pequeñas inundaciones en algunas zonas.

La tormenta provocó desprendimientos que convirtieron en intransitables determinados caminos rurales y accesos a propiedades. El alcalde de Moixent, Teófilo Fito, subrayó ayer el trabajo del consistorio para, a lo largo de la jornada, intentar habilitar lo antes posible el tráfico en las vías de paso afectadas y resolver las dificultades existentes. «Los 35 litros de agua que cayeron son muy complicados de canalizar. Hubo un gran diluvio cuestión de una hora», recalcó Fito.