se publicaba en estas mismas páginas la semana pasada una noticia, que bajo el titular «Un polígono en ebullición» describía «la potente inversión pública desplegada para reordenar el tráfico y mejorar la seguridad» en el principal acceso por carretera a la ciudad de Xàtiva. Tras esta inversión, anunciaba la noticia que se están produciendo o se van a producir diferentes «operaciones comerciales» con la instalación de nuevos servicios o el traslado y ampliación de los ya existentes en este espacio exterior de la trama urbana setabense «acrecentando su potencialidad como núcleo comercial y de restauración de un extenso ámbito territorial».
Sin dejar de reconocer que la importante inversión es buena para la economía de la ciudad, sí que cabe llamar la atención sobre la forma en que ésta se está produciendo, fomentando un urbanismo comercial y de servicios hacía afuera de la trama urbana de Xàtiva, generando un fuerte contraste entre este estado "de ebullición" del polígono con el estado "de inanición" en que sigue sumido desde hace años el centro histórico de la ciudad, que fue el origen de la destacada tradición comercial de Xàtiva sobre su amplia zona de influencia.
Es impensable, hoy en día, lamentablemente y frente a otras ciudades históricas y monumentales donde sí se ha producido, la instalación en el corazón de la ciudad de Xàtiva de servicios como cines o alguno de estos establecimientos comerciales y de hostelería franquiciados de marcas conocidas en todo el mundo. La mejora de la calidad de vida y accesibilidad, sobre todo para personas de corta edad y mayores de la ciudad, que por sus propios medios podrían acceder a estos servicios, dando un tranquilo, limpio y seguro paseo, sin necesidad de coger o ser llevados en coche y ante la evidente y precaria oferta de transporte público adecuado para llegar al polígono, es una ventaja competitiva que hace años ya se ha asumido como tendencia de futuro en ciudades de toda Europa e incluso en EE.UU, donde el modelo de grandes centros comerciales está ya en crisis „pese a ser el país que lo creó y exportó„ y se vuelve la mirada desde la periferia otra vez hacía el centro de las ciudades.
Y poniendo también en relación esta noticia con la también publicada hace unos días en este diario, en la que se podían leer las conclusiones del diagnóstico emitido por la Mancomunitat de la Costera-la Canal en el marco del Pacto por el Empleo, y que señalaba que menos del 15% de la población de la comarca de la Costera tiene estudios superiores, haciendo hincapié en que los y las jóvenes con formación cualificada se ven empujados al éxodo por la falta de oportunidades laborales en relación con la formación adquirida, la situación es preocupante, ya que sin talento no existe garantía de un futuro de calidad para la ciudad.
Se señalan en el diagnóstico las debilidades por la ausencia de un tejido asociativo y empresarial cohesionado y fuerte, junto a la pérdida de solvencia de la industria, aspectos que repercuten en el crecimiento socioeconómico que podría sacar al territorio de esta ya larga crisis estancada. Para el caso de la ciudad de Xàtiva, cuyos tristes porcentajes de población cualificada no serán muy diferentes a los de la comarca, al igual que sobre el impresionante dato del 50% de la población que ha de desplazarse fuera para trabajar, se concluye su retroceso como polo comercial frente a sus competidores. En este sentido la recomendación de adaptar la economía local a sectores como el turístico, el tecnológico, el sanitario, entre otros, choca con el continuado olvido y abandono del valioso conjunto histórico-artístico, o el no insistir en reivindicar formación universitaria en torno a un hospital de referencia como el Lluís Alcanys o no exigir un centro de restauración patrimonial, cultural e histórica. En cambio, el tipo de empleo que va a ser capaz de fomentar este polígono "en ebullición" seguirá teniendo las notas de precariedad y baja cualificación que poco aportará al desarrollo de una ciudad que quiere ser referente, incapaz de captar inversión de calidad y talento que la devuelva al esplendor perdido.
Algo de margen de actuación tienen, en este sentido, los responsables municipales para tratar de atraer, desde una oficina municipal creada al efecto, inversores que apuesten por una zona emblemática y única como el conjunto histórico de la ciudad, que cree empleo cualificado y de calidad, aportando talento al crecimiento de la ciudad. No estaría mal para empezar, negociar allí la ubicación de esa residencia internacional de deportistas que quiere crear el grupo adquirente del Club Deportivo Olímpic, a semejanza de la Residencia Deportiva Petxina de València, ubicada en el antiguo y rehabilitado edificio del matadero municipal de 1895, y a pocos minutos del centro histórico de la capital.