La maldición del hotel-restaurante Murta ha vuelto a estallarle al Ayuntamiento de Xàtiva como una calculada bomba de relojería. Siete años después de que la primera concesionaria del complejo de titularidad municipal abandonara su gestión con un agujero de 300.000 euros y tras declararse en suspensión de pagos, la historia parece volver a repetirse. El negocio amaneció ayer con las persianas bajadas después de varios meses a muy bajo rendimiento.

El cierre cogió por sorpresa al consistorio, puesto que la empresa adjudicataria del hotel desde 2013, Viajes Levante Tour, SA, no había avisado con antelación de sus intenciones. Esta circunstancia, unida a una deuda pendiente de 75.000 euros como consecuencia del impago íntegro del canon municipal desde 2016 (en agosto ascenderá a 83.261 euros), condujeron al equipo de gobierno a anunciar la rescisión del contrato con la mercantil por incumplir sus obligaciones. Es el paso previo para la convocatoria de un nuevo concurso «a la mayor brevedad posible».

A lo largo de la mañana de ayer, la corporación vigiló la actividad de las instalaciones y logró ponerse en contacto con un representante de Viajes de Levante, SA. Su versión: el cierre del hotel-restaurante es temporal y se prolongará por un plazo de unas dos semanas debido a las tareas de mantenimiento en su seno. Fuentes municipales, sin embargo, recelan de estos argumentos y señalan que se va a continuar adelante con la liquidación contractual, puesto que difícilmente la concesionaria va a ponerse al día en sus pagos: los juzgados la han declarado en «insolvencia total» y «en paradero desconocido», al no atender los requerimientos. «Ya hemos tenido suficiente paciencia», sentencian.

El complejo ha interrumpido su actividad a las puertas de la temporada estival y ha dejado en la estacada reservas de banquetes de boda y celebraciones concertadas en el horizonte próximo, empujando a los afectados a buscarse la vida a contrarreloj en otros espacios. El martes, algunos operarios extrajeron del interior del hotel sábanas, cubiertos y otros elementos. Ayer no se vio apenas movimiento. La web de reservas no funciona y es imposible localizar a alguien en la oficina central de València, que permanece cerrada. La firma acumula demandas y condenas por impago a extrabajadores en los juzgados de lo social, a las que no está respondiendo.

El propietario de la firma, el setabense Manuel Martínez, fue detenido en octubre de 2017 al verse relacionado con una presunta estafa de billetes de avión que vendía sin efectuar el correspondiente reintegro a las aerolíneas y a pesar de que su agencia estaba inhabilitada para ello, según informó la Policía Nacional. Las fuentes consultadas por este diario sitúan al empresario en la cárcel de Picassent. El equipo de gobierno de Alfonso Rus le adjudicó en 2013 el hotel Murta a cambio de un canon de 24.000 euros anuales durante un periodo de explotación diez años. Bajo el mandato del exalcalde de Xàtiva como presidente de la diputación, Viajes Levante también fue la gran beneficiada del programa provincial de Turismo Social, que le garantizó al promotor setabense un suculento flujo de clientes de excursiones de la tercera edad. El contrato terminó denunciado en la Fiscalía y, con el cambio en la diputación en 2015, se acabaron los privilegios de la mercantil. Martínez, que presumía de haber comenzado como botones en el negocio, confesó a haberse sentido engañado por Rus, puesto que tuvo que desplegar una inversión muy superior a la prevista inicialmente para acondicionar el Murta y sus 29 habitaciones, al encontrarse con un complejo muy deteriorado que ni siquiera estaba matriculado ni tenía licencia de actividad. Viajes Levante cifró en 779.000 euros el desembolso que terminó ejecutando frente a los 200.000 euros estipulados en el pliego de condiciones.

Conflicto por las inversiones

Ese desfase sirvió a la mercantil para reclamar al actual tripartito que ampliara el contrato de la concesión de 10 a 30 años para poder amortizar la inversión y garantizar la viabilidad económica de la explotación. La firma calificó de «inaguantable» su situación de asfixia, que atribuyó a la hipoteca suscrita con el banco para reformar el edificio. Después de consultar con el Consell Jurídic, el consistorio descartó modificar el contrato. Aunque ambas partes negociaron resolver la concesión para volver a licitarla con otras condiciones, nunca llegaron a un entendimiento. El ejecutivo tampoco aceptó traspasarla a un tercero.

En 2017 se agravaron los problemas de impagos, hasta el punto de que el hotel sufrió cortes de luz y de Internet y tuvo problemas para garantizar incluso el suministro de comida por no pagar a los proveedores. Al mismo tiempo, el trasiego de altas y bajas de empleados se intensificó y hubo protestas en verano a la puerta por los atrasos y las pésimas condiciones de trabajo, mientras el gerente negaba los rumores de cierre. En octubre, el tripartito compensó a Viajes Levante 6.256 euros adeudados del canon a cambio de saldar una serie de facturas de viajes y estancias de hotel en Madrid o Barcelona a cargo de miembros de la corporación. El Murta, nacido en 1972, reabrió en 2013 con 11 empleados tras año y medio cerrado, aunque últimamente sobrevivía prácticamente sin personal.