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Xàtiva pasa revista a sus 1.000 fuentes

Un libro de Ximo Corts y Santiago Tormo analiza el abastecimiento de agua de la capital de la Costera y ofrece un inventario

Xàtiva pasa revista a sus 1.000 fuentes

La del Lleó, la dels Peixos, la de los Veinticinco Chorros, la del Raval; la fuente Gótica de la plaza de la Trinitat; la que se erigió en honor a Fernando VII, la de la Petxina... Xàtiva presume de ser la ciudad de las mil fuentes. Y todo ese patrimonio es fruto de una relación privilegiada con el agua, que fertiliza la huerta a través de su extensa red de acequias históricas, pero, sobre todo por los nacimientos de Bellús y Santa. La potencia de estos dos manantiales permitió que las casas del casco antiguo de Xàtiva gozaran de fuentes propias que manaban todo el año cuando la sequía no era la de ahora y cuando las restricciones apocalípticas de estos tiempos actuales no se conocían. Un libro firmado por Ximo Corts y Santiago Tormo profundiza en ese tesoro tan característico de la capital de la Costera. L´aigua a Xàtiva i la seua horta (editado por la Associació d´Amics de la Costera) es quizá el inventario más completo de las acequias y las fuentes de la ciudad de todo el material editado hasta ahora.

El abastecimiento hídrico de Xàtiva siempre se ha atribuido a la opulencia de dos principales canales, el de Bellús y el de Aigua Santa. Pero el historiador Mariano González «sostiene que el primer suministro de agua para el consumo humano procedió de la acequia de la Vila», explican Corts y Tormo. El esplendor que alcanzó Xàtiva durante la época musulmana (y el consiguiente crecimiento demográfico) hizo necesaria la construcción de un sistema de abastecimiento más eficaz, y ese primer gran conducto fue la acequia de la Vila, cuentan.

En cuanto al origen y fecha de construcción exacta del canal de Bellús, el gran referente hídrico de los setabenses, los autores señalan que «sigue siendo una incógnita». Pero tanto historiadores del XIX como Vicente Boix o, de nuevo, González, creen que es de época islámica «y no más tarde del siglo XII», según los autores de este trabajo. Por lo que respecto al canal de Aigua Santa, que nace en la vecina Canals, ya está documentado en 1620. Pero es probablemente más antiguo. En 1750 abastecía a 204 fuentes, siete de ellas públicas. Ese número de puntos de agua en Xàtiva permite asegurar, según Tormo y Corts, que si bien el dicho popular de ciudad de las mil fuentes «puede ser tomado como una exageración», es una afirmación que «se ajusta bastante a la realidad» ya que algunos documentos nos muestran que la ciudad llegó a tener 750 fuentes. Esta abundancia hídrica se explica gracias al enorme caudal que se enriquece, desde tiempos antiguos, con diferentes manantiales».

En cuanto fuentes públicas, los autores han intentado elaborar un inventario que las incluya todas. Pero muchas de ellas son de tal modestia que casi nadie se ha parado antes a detallar sus orígenes, y ellos apenas pueden aportar una sucinta descripción o elucubrar con una fecha. Sí que hay datos abundantes para arrojar luz sobre los orígenes, la construcción o las reformas de fuentes monumentales como la Font del Lleó (emblema por excelencia de Xàtiva, que este año cumple 200 años) o la de los Veinticinco Chorros. Esta última, con su espectacular hilera de caños y su pila de grandes dimensiones, es de obligada visita por su imponencia ornamental y por su utilidad: genera una irresistible atracción entre cientos de personas que paran a diario junto a ella para llenar bidones de plástico y llevárselos. Nunca se acaba.

Un tesoro que cabe preservar

Los autores de L´aigua de Xàtiva i la seua horta saben que quizá fuentes como las monumentales e históricas que todo el mundo conoce no corren peligro hoy día. Pero asociado al abastecimiento (partidores, ramales de acequias principales, molinos...) hay un patrimonio tal vez no tan vistoso que corre serio peligro. La desaparición de algunos de estos elementos por la presión demográfica o la desidia ya es irremediable. Pero lo que todavía existe hay que preservarlo de manera celosa, piden.

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