No se trata de un simple lavado de cara. Las obras de regeneración y remodelación urbana que han puesto patas arriba la plaza de la Beata Inés en Benigànim pretenden transformar el núcleo neurálgico de la localidad en un espacio «para las personas», que priorizará al peatón y desterrará los coches aparcados para que no afeen el entorno del monumento que más miradas concentra en la localidad, la iglesia-monasterio de las Agustinas Descalzas.

El ayuntamiento que preside Amparo Canals ha decidido aglutinar las ayudas de varios planes de la diputación para desplegar un proyecto tan ambicioso como innovador, que modernizará la imagen del enclave con la mirada puesta en resaltar los valores arquitectónicos y simbólicos de un punto de gran atracción turística e interés histórico, epicentro de la actividad lúdico-cultural de la población. La inversión superará los 230.000 euros. «Si por algo se conoce a Benigànim es por la Beata Inés. Es nuestro icono y no puede ser que la gente que visite la iglesia se encuentre con una plaza que es un parking», resume Canals.

La alcaldesa subraya que la intervención surgió para dar respuesta a las quejas vecinales por la estrechez de las aceras y la invasión de vehículos que copaban de forma anárquica hasta la parte central de la plaza, dificultando el paso a los viandantes.

Pacificación vial

La encrucijada era un cuello de botella donde desembocaba de una manera caótica buena parte del tráfico rodado que circula por la localidad, generando inseguridad para los peatones. La actuación no eliminará el paso de vehículos en doble sentido, pero ampliará los viales y ordenará el trazado para mejorar la fluidez, reducir la velocidad y evitar el actual conflicto vial en la plaza. La zona de esparcimiento y paseo se ampliará de manera considerable, optimizando al máximo el reducido espacio existente, según detalla la arquitecta encargada del proyecto, Agnes Alabort. En lugar de optar por la opción sencilla de instalar una hilera de bolardos o por una rotonda, la profesional beniganense ha apostado por introducir mobiliario urbano y arbolado que funcionará a modo de barrera para los coches, facilitando el disfrute del lugar.

La operación de cirugía en el enclave ha tenido que salvar múltiples obstáculos y condicionantes técnicos, como las dos hogueras que en enero se plantan en la plaza. Los maceteros y bancos proyectados tendrán un peso considerable (entre 400 y 60 kilos) pero serán de reducidas dimensiones para facilitar su retirada en los eventos festivos. El tamaño de los nuevos árboles también se amoldará a esta morfología: en el perímetro de la plaza se plantarán ejemplares de una especie de peral caducifolia que no tendrá hojas cuando se queme la hoguera, en invierno. Al centro, en cambio, habrá magnolias de flor perenne.

Pavimento «autolimpiante»

El antiguo asfalto se sustituirá por un pavimento de hormigón que simula al adoquín, pero de superficie lisa. Otras premisas muy tenidas en cuenta en el proyecto son la supresión de barreras arquitectónicas, la mejora de la accesibilidad y la sostenibilidad medioambiental. El material escogido para el pavimento es descontaminante y autolimpiante: funciona con un sistema que combate la contaminación ambiental y se ensucia lo mínimo posible: unas características imprescindibles para evitar que se vea dañado por las hogueras. En la misma senda, se instalarán hidrojardineras que dispondrán de dispositivos de autorriego.

Puesto que no hay espacio para las farolas de pie, la iluminación será soterrada y se focalizará de manera estratégica en los puntos clave de la plaza, delimitando los espacios prioritarios para las personas. También habrá aparcadores de bicicletas y los contenedores serán soterrados.

La alcaldesa pide paciencia a los vecinos y comerciantes de la zona por las molestias ocasionadas, puesto que las obras se alargarán durante todo el verano y la reorganización del tráfico y la supresión de aparcamientos (solo se conservarán dos plazas, una para minusválidos y otra para carga y descarga) ha generado cierta división de opiniones. «Estoy segura de que la espera valdrá la pena y de que la gente quedará encantada. El objetivo es crear un ambiente agradable e integrador que no moleste a nadie», sentencia Canals.