El Ayuntamiento de l'Alcúdia de Crespins ha liquidado el ejercicio 2017 con un superávit de 1.087.262 euros cumpliendo, de este modo, el objetivo de estabilidad presupuestaria, destacaron ayer fuentes consistoriales. Se trata de una cifra a la que se suma el remanente de tesorería que, en este ejercicio, asciende a 741.687 euros y que el ayuntamiento tiene previsto destinar a inversiones sostenibles y amortización anticipada de deuda, añadieron. La deuda municipal se instala en un 50'19%, «muy por debajo del 110% que marca la ley como máximo», subrayan.

Sin embargo, a pesar de haber logrado mayores ingresos, el gasto ha superado en un 8% los gastos permitidos por el Ministerio de Hacienda, por lo que el ayuntamiento diseñará un plan económico financiero con una serie de medidas «totalmente asumibles», aseguran estas mismas fuetes. En este sentido, Roberto Granero, concejal de Hacienda, ha explicado que una vez hecha la liquidación, «se tratan de unos resultados muy positivos para el municipio, sobre todo, teniendo en cuenta todos los compromisos de pagos realizados, entre los que destacan: la deuda con la Diputación de Valencia que nos ha supuesto 196.926 euros en esta legislatura de un total de 1,6 millones de euros, así como el pago de 865.652 euros de la sentencia de expropiación que condena a la Ayuntamiento a pagar 3,4 millones más intereses junto con el pago a los bancos, tanto en cuotas ordinarias como amortizaciones extraordinarias, que han supuesto en estos tres años, 985.798 euros», detalla.

Por su parte el alcalde, Josep Garrigós, destacó que el superávit obtenido «nos permitirá reducir de una forma muy importante el endeudamiento bancario y además también supondrá [poder realizar] una fuerte inversión en nuestro pueblo». También ha añadido que está situación «es posible gracias a las medidas correctoras que aplicamos desde el primer año y que han supuesto una mejor fiscalización, un aumento de la eficiencia de ingresos y una mejor gestión de la administración», señala. El primer edil también resalta el gasto social, «algo a lo que el PP no nos tenía acostumbrados».