En tres años, el pentapartito a la italiana que se fraguó en 2015 para desbancar al PP de la alcaldía de Canals ha perdido a dos de sus componentes y la mayoría absoluta en el ayuntamiento, a falta de 10 meses para las elecciones municipales. 1.127 días después del pacto que sellaron todos los partidos políticos de la localidad -a excepción de los populares- para formar gobierno, el ejecutivo presidido por el independiente Ricardo Requena (Gent de Canals) encara la recta final de su mandato en una situación de minoría para sacar adelante, entre otras cosas, los presupuestos de 2019.

El alcalde, sin embargo, no se muestra preocupado por el nuevo escenario. «La minoría no hace más que alentarnos a continuar en la dinámica que hemos mantenido en estos tres años. Todas las decisiones importantes se han tomado consensuadamente y la gran mayoría de puntos en los plenos se aprueban por unanimidad. Cualquier acción requerirá sentarse y dialogar, pero eso no es problema porque ya se está haciendo», mantiene el dirigente.

Requena admite la complejidad de elaborar el presupuesto de 2019, pero se muestra convencido de que podrán aprobarse «en tiempo y forma». El alcalde confía en que la oposición «no haga una política que dañe la gestión municipal, porque eso implica dañar los intereses del pueblo de Canals». «Ha de ser una oposición fuerte pero constructiva», sentencia. La de los socialistas no es la primera deserción en las filas del gobierno municipal de Canals. A los 15 días de formarse el pentapartito inicial, Reiniciem decidió abandonarlo, descontenta con la falta de transparencia que, a su juicio, estaba dominando las negociaciones en torno a las retribuciones de los diferentes socios del ejecutivo.

El PP fue el partido más votado en las elecciones municipales de 2015, con 6 ediles, a los que ahora se suman los dos del PSPV y los dos de Reiniciem en la oposición, frente a los 7 del equipo de gobierno. La última formación en apearse del ejecutivo (ahora tripartito) ha sido el PSPV. La crisis de confianza, la falta de sintonía y los choques entre los socialistas y sus socios han ido en aumento en los últimos meses en medio de una escalada de tensión aireada públicamente. Ahora, ambos bloques enfrentados se culpan de la ruptura en un escenario en el que los dos ediles del partido de la rosa han abandonado todas sus responsabilidades. Los socialistas consideran que su crítica interna «no es tolerada» en el equipo de gobierno y que, con el cambio de alcaldía en 2017, la situación «fue haciéndose más complicada y las diferencias, no solo de proyecto, sino de forma de entender la política, más evidentes», insisten.