Días atrás veíamos que municipios como Agullent programaba un concierto de Pau Alabajos; l'Olleria a Andreu Valor; y en Xàtiva daba inicio su sublime tanda de conciertos de Nits al Castell, con Raimundo Amador y Els Amics de les Arts. En cambio, en la que presume, sin ejercer, de ser la capital de la Vall d'Albaida, Ontinyent, se servía como menú un poco de cacau i tramús muy doméstico y de «Cultura de barri» (ingeniosos que son adjetivando con calificativos la cultura), a base de conciertos de bandas seniors y de «retrobar la nostra música», con el Grup de danses d'Ontinyent y la Rondalla Baladre de Muro. Y el siguiente fin de semana festival Rap, ¡toma ya! Para la ciudadanía ontinyentina que quiera más siempre le quedará, como muchos han venido haciendo en el último medio siglo, la vecina Xàtiva.
Como bien evocaba en este diario A. Garzó, ya son «veinte años del primer Nits al Castell». Activado por el alcalde Alfonso Rus en 1998, solo por este festival internacional, que la izquierda xativina ha asumido, su público ha visto pasar nombres reputados como: «La estadounidense Gloria Gaynor; músicos de jazz como Wynton Marsalis o Paquito D'Rivera; los cantaores Miguel Poveda, Estrella Morente, Diana Navarro y José Mercé; los pianistas Chano Domínguez y Michel Camilo; el saxofonista Pedro Iturralde (que ha tocado tres veces); cantantes melódicos y estrellas del pop como José Manuel Soto, Antonio Carmona, Luz Casal, Amaia Montero, Iván Ferreiro, David de María, Malú, Pasión Vega o cantautores como Luis Eduardo Aute y Mª del Mar Bonet», y más. Obviamente la oferta musical de la capital de la Costera es más vasta, extendiendo sus atractivas propuestas a la Fira, al Festival Música i Lletra, etc. Por cierto, aparte de los nombres de la Bonet (en el siglo pasado) o Aute, ¿alguien recuerda haber asistido en Ontinyent a algún concierto de los nombres reseñados?
En Ontinyent, donde sus gobernantes son muy de «campanar», también se ofrecen alternativas viajeras cercanas. Caso de Gandia, donde en las próximas semanas pasarán Loquillo, Juanes, Bunbury o Daddy Yanquee. Para los aficionados a festivales, la vecina Villena ofrece en agosto los de Rabolagartija (con La Raíz, La Pegatina, Rozalen, Bebe, Kase.0) y Leyendas del rock (Rosendo, Saxon, Wasp). Incluso para los incorregibles a viajar, el gobierno ontinyentí vuelve a programar tres años después a los veteranos Secretos.
Con motivo de celebrar este mes el Ontijazz su 10.º aniversario, una feliz iniciativa del malogrado empresario hostelero Luis Martínez que viene siendo apadrinado por el gobierno municipal, más de uno se esperaba un cartel de lujo, aunque solo fuera con primeras espadas valencianas como Perico Sambeat y otros. Pero no, como reza el refranero segons siga la pagueta será la cançoneta. Y dos mil euros solo dan para nombres de aluvión, caso de Miquel Asensio Quartet o 4 Snack Time (con el bluessero ontinyentí Ferran Gisbert). Asimismo, bajo un cierto tutelaje municipal, el café del Palau de la Vila viene programando hasta mitad de agosto jam sessions y acústicos. Menos da una piedra. Con ello, los músicos locales van haciendo tablas y de paso comen, con los 50 o 75 euros que recibe cada músico por su trabajo. Tot per la música.
