Una encuesta de contenido mayoritariamente político promovida por un organismo público como es el Ayuntamiento de la Font de la Figuera ha desatado el enésimo encontronazo entre el equipo de gobierno y la oposición. El PP censuró ayer que el responsable de encuestar a los vecinos a pie de calle, en la puerta del consistorio, es el hijo del teniente de alcalde del PSPV en la localidad, Mariano Ferriz, contratado durante dos meses con un sueldo de 600 euros a través de la iniciativa de becas «Primer treball a la Font».

El cuestionario pregunta a los vecinos por su ideología política, por qué partido votaron en 2015 y a quién tienen intención de apoyar en 2019, además de ofrecer la posibilidad de valorar a todos los concejales, a los portavoces y la gestión del tripartito. La portavoz del PP en la Font, Mª José Penadés, califica de «despropósito» la actuación y arremete contra el alcalde Vicent Muñoz (Compromís) porque, a su juicio, «se extralimita en sus funciones»: «gasta dinero público para enchufar al hijo de un concejal y lo utiliza para averiguar la tendencia política de los vecinos», sostiene.

Penadés ve en la encuesta «una muestra más de las constantes injerencias hacia la vida privada de los vecinos», por lo que ha registrado en el consistorio una serie de preguntas dirigidas al alcalde y su equipo de gobierno. En un escrito, el PP exige saber cuál es la finalidad del trabajo, de qué partida de crédito se sufragará la encuesta y qué organismo velará por la protección de datos recabados, entre otras múltiples cuestiones. Penadés asegura que Muñoz «se dedica a malgastar dinero en encuestas, tras subir los impuestos, y entrometerse en la vida privada de los vecinos, mientras tiene pendientes todas sus promesas electorales como dar impulso y traer empresas al polígono industrial, lograr la parada de tren, la mejora en transporte, habilitar la fibra óptica o dar impulso al comercio local», apostilla la portavoz popular.

Penadés augura unos resultados «poco fiables». «Los datos que pueda aportar este pseudo-estudio ya se pueden aventurar: la falta de profesionalidad es una impronta de este equipo de gobierno», apunta. «Sólo persiguen loar la gestión de un tripartito que llegó al gobierno con la suma de tres partidos perdedores», sentencia.

«Es perfectamente legal»

Por su parte, el alcalde de la Font, Vicent Muñoz, manifiesta a este diario que se ha consultado a la Agencia de Protección de Datos y la encuesta «cumple con la legalidad» porque «no se pide el DNI ni ningún tipo de información personal». Además, el primer edil señala que el coste del cuestionario se limita a las fotocopias efectuadas y recalca que el becario fue seleccionado en virtud de un proyecto que fue «el mejor con diferencia» de cuantos se presentaron al procedimiento público. En el mismo se proponía la realización de la encuesta, entre otras tareas, puesto que el contratado cursa estudios de Ciencias Políticas.

Muñoz señala que la iniciativa de las becas «Primer treball a la Font» surgió bajo su concejalía durante la legislatura pasada con el objetivo de combatir la despoblación e incentivar la ocupación entre los jóvenes de la localidad. El alcalde recalca que la contratación temporal del hijo del teniente de alcalde Mariano Ferriz no incurre en ninguna incompatibilidad y es «perfectamente legal» porque el regidor no participó en el proceso de selección. Junto a él se han concedido otras dos becas a una cocinera y a una diseñadora gráfica.

El alcalde asegura que «en otros momentos también ha habido hijos de otros concejales trabajando para el ayuntamiento» y recuerda que una edil del PP se presentó y ganó una plaza en la dirección de la escoleta infantil recientemente. También señala que otro edil del PP está en un puesto de la depuradora «que ya ocupó su padre». El alcalde acusa al PP de «intentar desprestigiar» un trabajo en el que también se pregunta a los vecinos por su percepción de las fiestas patronales y por si cambiarían al fin de semana los principales actos, con tal de, asegura, «mejorar la gestión del ayuntamiento». «A lo mejor Penadés tiene miedo a que se sepa cuál es la opinion que tienen de ella y de su forma de proceder los vecinos. Quiere matar al mensajero», zanja.