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La semana de rebeca torró

Ha sido una semana que ha tenido como feliz protagonista a la alcaldesa en funciones o delegada de Ontinyent, Rebeca Torró. Los avales que lo acreditan, marcados por la siembra hacedora de Jorge Rodríguez, son de distinto signo. Por una parte la firma que subscribía con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, la cual permitirá restaurar «la muralla norte de la Vila con una ayuda europea». Y que se eleva a casi 500.000 euros de los fondos Feder, según informaba este diario. Un proyecto que incluye la instalación de un ascensor panorámico «para acceder desde el lecho del río Clariano al barrio medieval de la Vila». Y aunque desde el gobierno municipal se insiste en que el plan forma parte de ese conjunto llamado «Riu Viu», también es verdad que ya tardan a hacer pública esa idea integral, de la que hasta ahora solo se conocen fragmentos, y cómo y cuándo se van a ejecutar los pendientes. Porqué una infraestructura vital para la movilidad urbana, que presumiblemente debería formar parte de ese «Riu viu», como una pasarela peatonal entre el Trinquet de Maians y la zona del Tirador, sigue siendo un enigma acerca de su futuro.

Otra noticia, de la que se puede ufanar el gobierno de R. Torró atañe a la sede local de la Universitat de València, al confirmar buenas perspectivas a las carreras universitarias. Concretamente a la de Enfermería, que «registra la mayor lista de espera en los grados del campus de Ontinyent». Si la actual oferta de la UV ontinyentina, en sus cuatro titulaciones, ofrece 223 plazas, que al ser ocupadas al completo dejan en turnos de espera a 1.335 alumnos, se pone en evidencia que las autoridades académicas deberán tomar cartas en el asunto con el fin de equilibrar tamaño desfase. La información tuvo a R. Torró como protagonista provincial, y no precisamente por su toma de posesión como nueva diputada en la Diputación, sino por el significante que se desprende de sustituir a Jorge Rodríguez en el organismo provincial. Un relevo que, en otras circunstancias, habría tenido un sabor dulce y satisfactorio. En cambio, tal y como revelan las fotos del acto o el video de la noticia en À punt, le supo más bien amargo. Con todas las primeras palabras tras la toma de posesión como nuevo presidente de Toni Gaspar sobre el futuro de la diputación: «No hay instituciones intocables», marcan una hoja de ruta de la que Rodríguez seguramente no perseveró lo suficiente. Aunque abundó en el continuismo de la labor de Rodríguez. Sin embargo, chocan las palabras de Rosa Pérez, portavoz de EU en la Diputación, al destacar del de Ontinyent su tono «conciliador», frente a la hostilidad y linchamiento que ha divulgado EU de Ontinyent en alguna red social. Eso sí, esgrimiendo falazmente la «presunción de inocencia». Lo mismo cabe decir del único edil de C's, Juan Revert, que al unísono se lanzan voraz y metafóricamente al degüello de Jorge Rodríguez. Revert, en nombre de todos los ontinyentins, pese a representar a un reducido número de votantes, espetaba en este diario algunas proclamas con efecto boomerang, que solo muestran la bajeza política de quién solo es capaz de hacer leña del árbol caído y de, inhumanamente, sembrar de cizaña a la opinión pública. Revert, emulando la línea fascistoide de Donald Trump, arenga que «para nosotros Ontinyent es lo primero». Obviando que obras son amores y no envenenadas razones.

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