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Intenso desafío vocal en Nits al Castell de la mano de Maika Makovski y Maria Arnal

El doble concierto del festival de Xàtiva mostró a dos artistas en plenitud y con una propuesta al alza

Intenso desafío vocal en Nits al Castell de la mano de Maika Makovski y Maria Arnal

Una interrupción de más de 45 minutos corta el rollo a cualquiera. Y eso es lo que sucedió el sábado en Nits al Castell, que entre las actuaciones de una hora de duración cada una de Maika Makovski y de Maria Arnal tuvo que pasar casi otra hora de tediosa espera para que el montaje de la primera dejara paso a la segunda, con los espectadores contemplando estoicamente el trasiego de técnicos encima del escenario. Insoportable sino fuera porque antes de semejante parón el público de Nits asistió al musculoso directo de la Makovski, cuyo recital basculó de las piezas más sosegadas del arranque (con esa casi sinfónica Canadá, que sonó formidable) a la tralla de Body o de la recta final del concierto, pasando por piezas como Language; el homenaje a su tierra de origen que es Makedonia o la también tranquila Lava Love.

La mallorquina, parca en presentaciones, ofreció un repertorio de repaso a sus ya seis trabajos „exclusivamente en inglés„ que en sus últimos directos gana enteros con la suma del Brossa Quartet, la formación catalana de cuerda (violines, viola y violonchelo) en la que toca la intérprete de Xàtiva Inma Lluch. Además de actuar en casa, Lluch cumplía años el sábado y Maika Makovski hizo que le plantificaran una tarta de cumpleaños en pleno escenario y le cantaran el cumpleaños feliz. El Brossa Quartet ha pasado por Xàtiva un par de veces en los últimos diez años con aquel Músiques de l'Holocaust en el que Elies Barberà recitaba poemas. Fue en la Casa de la Cultura y en la escuela de adultos Conseller Bosch i Morata.

Maika Makovski tiene una voz portentosa y una entrega rockera que hace recordar a Luz Casal y a Mercedes Ferrer. Su feeeling traspasa el escenario. Y el papel desempeñado por las cuerdas confiere una dimensión casi épica a algunos de los temas. Se disculpó por no ofrecer bises para no hacer esperar a los protagonistas del segundo concierto. Otro acierto de Nits al Castell, que acerca de este modo al público a una artista venerada por la crítica pero sin la dimensión comercial ni mediática que merecería a estas alturas.

El regreso de Maria Arnal

Iba de voces femeninas el sábado en Xàtiva. Y Maria Arnal, que no era nueva en esta plaza, regalaba la suya en el segundo recital de la noche. Sus dos homenajes a Botifarra ( Cant de batre y el Ball del velatori) de esta admiradora confesa de Pep Gimeno así como No he desitjat mai cap cos com el teu (Vicent Andrés Estellés) ya se conocían de aquella breve actuación de 2015 en Nits como telonera de Maria del Mar Bonet cuando todavía andaba sin disco. Ahora, con Marcel Bagés a la guitarra y unos arreglos que la llevan a transitar por una propuesta casi de vanguardia, su voz está al servicio de otro tipo de actuación alejada en ocasiones del intimismo del cantautor.

Sin duda que Marcel Bagés arropa la voz de Maria Arnal y le da otra dimensión. Pero está por debatir si el invasivo acompañamiento de la guitarra eléctrica no entorpece o distorsiona la escucha del caudal de voz de una artista que, de nuevo, ofreció registros de portento con una entrega fuera de toda duda a la que cabe sumar el compromiso que anida en todas y cada una de las piezas de su primer trabajo, 45 cerebros y un corazón, con piezas como la que da título al disco o Desmemòria. No se olvidó de Cançó de Marina Ginesta. Y efectivamente, Tú que vienes a rondarme es una delicatessen.

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