Medio año después del microrreventón seco que ocasionó estragos en el polígono Meses de Xàtiva, un fenómeno muy similar e igual de inesperado volvió a dejar arrasada el domingo una porción del término algo más extensa. Las rachas de viento, de hasta 110 kilómetros por hora, provocó daños materiales cuantiosos en una superficie de unas cincuenta hectáreas que sacudió de nuevo la misma zona del mes de abril y se extendió al hospital Lluís Alcanyís y sus inmediaciones.

Las secuelas de este último «microrreventón húmedo» eran todavía ayer muy visibles. El vendaval, acompañado de precipitaciones torrenciales de 10 l/m2 en diez minutos, se llevó por delante numerosos árboles enteros y ramas que seguían aguardando a ser retirados de la vía pública, a tiempo que tumbó multitud de señales, rompió los cristales de un coche y causó desperfectos en los techos y vallas metálicas del aparcamiento del hospital.

Como contó este diario, la caída de un abeto de grandes dimensiones obstaculizó durante una hora la entrada principal a las urgencias del Lluís Alcanyís, obligando a los usuarios a acceder por el lado contrario. Los bomberos intervinieron para retirar lo antes posible los ejemplares que invadían zonas de paso, pero hubo tantos avisos que se vieron completamente desbordados. Como es habitual cuando se producen lluvias de cierta intensidad, volvieron a registrarse inundaciones en la CV-645. La circulación tuvo que interrumpirse en esta carretera en dirección al hospital por inundaciones de casi un metro de agua y la presencia de árboles en la calzada. Un coche quedó atrapado por la lluvia, aunque el conductor finalmente pudo salir por su propio pie del vehículo, ayudado por los bomberos. El paso subterráneo de la carretera de Simat quedó anegado y solo pudo abrirse al tráfico tras el paso de la tormenta. En el camino de Santa Anna, el muro del campo del Paquito Coloma se derrumbó sobre la acera con su vallado. En el casco urbano de Xàtiva, donde el viento no sopló con tanta fuerza, se inundaron varios bajos y se acumularon ramas de árboles rotas en jardines, parques y en la Avenida Selgas.

Hortalizas y cítricos afectados

En el campo, los daños del temporal fueron «aislados y muy localizados», si bien se extendieron a lo largo y ancho de una superficie de 500 hanegadas de cítricos, caquis y hortalizas en Xàtiva. Según AVA-ASAJA, el viento huracanado desembocó en destrozos considerables por rameado en los frutos, pérdidas de cosecha en campos de acelgas y ajo, así como parcelas anegadas por el agua.

El delegado comarcal de esta organización agraria, Francisco Pallás, subrayó que los destrozos se focalizaron en una pequeña porción de terrenos que va del hospital hacia la parte de abajo, especialmente en la partida del Pintor y en las inmediaciones del río Albaida. La ciclogénesis fue acompañada de granizo -aunque sin mucha intensidad- que hizo «mucho mal en los cultivos de verduras». En cualquier caso, los beneficios del temporal han sido mayores que los perjuicios, dada la urgente necesidad de agua.