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Pequeñas cosas en torno al empleo

El ayuntamiento de Ontinyent acaba de activar un nuevo servicio, dirigido a «facilitar a las empresas locales la realización de gestiones online» mediante el uso de La meua carpeta. Un paso más en aras de la modernidad que afectará positivamente tanto a las empresas como a la administración local. A las empresas porque su personal administrativo ganará más tiempo libre, redundando en hacer más competitivas las empresas. En la administración, a priori esos beneficios que liberen a los funcionarios de dedicación a atender al público quedan más difusos. Máxime si como también se acaba de anunciar, desde su entrada en vigor «se han dado de alta más de 2.000 usuarios que han evitado tener que desplazarse al ayuntamiento para hacer más de 9.000 gestiones». Ya que toda modernización que implica reducción laboral debe traducirse en un reciclaje y readaptación laboral del personal funcionario. Y esa gestión es competencia del gobierno municipal, el cual debe procurar que los funcionarios, sin menoscabo de sus derechos laborales, ocupen con tareas de su competencia toda la jornada laboral, sin tiempos muertos. Ya sea engrosando el departamento de informática u otros que dictaminen los doctores de la iglesia municipal. Y todo ello en aras de evitar los agravios comparativos entre funcionarios, y por respeto al contribuyente, el equipo de gobierno también en la dedicación laboral de la plantilla municipal debe tender hacia la excelencia, la cual deberá contemplar el incremento de la informatización o robotización en los próximos lustros de muchas tareas manuales en la actualidad.

Respecto a los incentivos para la creación de empleo en los que se han embarcado el ayuntamiento de Ontinyent, Generalitat y Diputació, poniéndole patas a más de 3 millones de euros para invertirlos en planes de ocupación, para Ontinyent saltan dudas. Ya que las «209 plazas de trabajo directas que se han creado en esta legislatura» se desconoce si son indefinidos, así como los 42 beneficiarios del programa «Avalem Joves», o son contratados a plazo fijo. Por lo cual, no sabemos cuánto le cuesta al erario público la creación de cada uno de esos puestos laborales, ya que no todo consiste, como proclamaba Jorge Rodríguez, «en generar ocupación», sino que también hay que hacer números y saber cuánto cuesta subvencionar cada nuevo trabajador. Y por ende, si cabe insistir o no en esa modalidad de decisiones inversoras políticas.

El reto de EDUSI. Aunque aún se desconoce el impacto en la creación de empleo, es de buena lógica pensar que la aplicación en Ontinyent hasta 2020 del programa europeo EDUSI, sustanciado en 5 millones de euros, tendrá una notoria trascendencia de la que se espera que haga saó en la ciudad. Ya que dicha suma se destinará a áreas como la tecnología, economía, el medio ambiente o la inclusión social. Cabe esperar que no le falle al gobierno municipal la pericia, ahora en fase de gestación de la aplicación y desarrollo de dicho plan, mediante actuaciones que previamente suenan a niveles exquisitos: «se tendrá en cuenta la transversalidad de la perspectiva de género y la accesibilidad». Y si esas actuaciones se realizan desde una «perspectiva global de la ciudad», miel sobre hojuelas.

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