En 2017, diez incendios o conatos forestales declarados entre junio y agosto quemaron 6,8 hectáreas de superficie en 8 términos municipales de la Costera, la Canal y la Vall d´Albaida. En el mismo periodo de este 2018, 15 fuegos han arrasado cerca de 2.000 hectáreas en 17 poblaciones de las tres comarcas. El abrumador contraste entre ambas estadísticas oficiales es consecuencia del devastador incendio que se inició a principios de agosto en Llutxent (responsable el 99% de la superficie quemada) y que terminó extendiéndose a 3.270 hectáreas de 7 municipios, cuatro de ellos de la Safor.
Desde 2010, cuando ardieron 2.500 hectáreas entre Ontinyent y Bocairent, no se producía un fuego tan destructor en los montes del territorio. A falta de conocer los datos de este mes de septiembre (por ahora no ha habido incidentes relevantes), si se amplía el foco más allá del verano se observa que en los primeros siete meses de este año ya se habían sofocado más incendios que en todo 2017. Según las cifras publicadas hasta ahora por la Conselleria de Medio Ambiente, entre enero y agosto de 2018 se contabilizaron 38 incendios forestales en la Costera, la Canal y la Vall, 4 más que entre enero y diciembre del año pasado.
De los siniestros de este año, 11 fueron claramente intencionados, 8 constan como provocados por negligencias vinculadas especialmente a quemas agrícolas y 11 se originaron como consecuencia de rayos latentes: uno de ellos el de Llutxent. Las tormentas han sido una importante fuente de preocupación a lo largo de todo el periodo estival por su impacto en los montes: en agosto estos episodios ocasionaron otros incendios en Fontanars (partida dels Calderons y Morro del Pinoso), Millares (Paraje de Perro Gordo, 0,28 hectáreas afectadas) o Quesa (Alto Jacinto, 0,003 hectáreas). El resto de fuegos apagados en 2018 todavía no tienen un origen claro: aparecen en los balances oficiales como pendientes de esclarecimiento o en fase de investigación.
Entre enero y agosto de 2017, la cifra de incendios que pudieron determinarse como provocados de forma intencionada fue un 22% inferior a la de 2018 (9); 11 se contabilizaron como negligencias y 8 fueron originados por rayos.
En este último verano, el fuego que más superficie ha quemado tuvo lugar el 29 de julio en Barxeta: se vieron afectadas 2 hectáreas, tuvo carácter intencionado y se produjo en el Barranco de la Cebeda, en cuyo margen derecho una empresa proyecta la instalación de un vertedero de residuos industriales. En Barxeta tuvo lugar otro conato de incendio provocado el 8 de agosto que quemó 0,5 hectáreas en la partida de Collado.
El 7 de julio, una quema descontrolada afectó a 0,07 hectáreas en una zona de chopos del riu Vinalopó. En el mismo mes, hubo un incendio provocado por un rayo en el Barranco de los Tornajos de Bicorp (0,2 hectáreas) y otro siniestro en Casas de Requena de Enguera (0,28 ha). El 18 de agosto, ardieron 0,15 ha en Benigànim por causas desconocidas.
Fuegos provocados en la Vall
Al margen de la catástrofe de Llutxent, en 2018 los peores incendios se han producido en primavera. En abril hubo una oleada de 5 fuegos provocados por un pirómano en barrancos de los términos de la Pobla del Duc, Otos, Bèlgida y Quatretonda quemaron 13,6 hectáreas. Entre el 16 y el 27 de enero se tuvieron que sofocar otros tres incendios intencionados en la misma zona, esta vez en los términos de Quatretonda, la Pobla del Duc y Castelló de Rugat: ardieron 3,4 hectáreas. El 27 de mayo, un incendio de 5 hectáreas hizo saltar las alarmas en la Xopà de Alboi.
Las estadísticas son muy irregulares.
En el verano de 2016, un total de 17 incendios forestales quemaron 1.562 hectáreas en 15 términos de la Costera, la Canal y la Vall: la siniestralidad más elevada desde 2009. En 2015, se registraron en el mismo de tiempo periodo solo 4 incendios en las tres comarcas. Apenas una hectárea de superficie resultó calcinada.
