El pulso que ha venido manteniendo la agrupación socialista de Ontinyent liderada por Jorge Rodríguez, al postularse como candidato en el proceso de primarias socialistas para los próximos comicios municipales con un «sí o sí», frente al comunicado de «no es no» emitido desde la sede central del PSOE en Ferraz, puede desatar una catástrofe de alcance aún imprevisible.
Como puntualmente ha venido informando Levante EMV, esta semana por fin ha estallado el conflicto socialista que andaba soterrado tras los hechos que siguen como secreto de sumario acontecidos el pasado 27 de junio, por unas presuntas irregularidades administrativas en las que se vio involucrado el por entonces presidente de la diputación.
Mientras desde València Ximo Puig se mostraba comprensivo y tolerante con las aspiraciones de Rodríguez, desde Madrid, encabezados por José Luis Ábalos, se mostraban intransigentes. Con un punto de vista que Rodríguez valoraba así: «es Ferraz la que decide, contra sus propios estatutos, que yo no puedo ser candidato por el PSPV en Ontinyent». La respuesta retadora del batle «sí o sí me presentaré a la candidatura de Ontinyent» augura un escenario peor imposible, del que solo se frotarán las manos tanto los del partido de la corrupción, PP, el que ha devastado este País, así como su originaria marca blanca, C's. Porque una agrupación independiente que ha sonado como alternativa, tal y como está montado el tinglao democráticos y constitucional, hoy por hoy y a la espera de una buena reforma constitucional, no pinta nada. Y los de Rodríguez lo saben. Pues aunque lograran arañar una buena suma de votos en el municipio, más allá del término municipal su influencia sería poco menos que la de un cero a la izquierda.
Humanamente, a Rodríguez le sobran las razones para sentirse con «rabia y decepción» por «la prohibición de la dirección socialista para la reelección». Seguramente igual, o más, a como se sintió cuando el parque jurásico que anidaba en el PSOE defenestró al hoy revivido Pedro Sánchez. Por lo demás, Rodríguez ya debería saber que ya sea en el PSOE o en los demás partidos, siempre priman los intereses políticos sobre las personas.
Asimismo, extraña que un hombre como J. Rodríguez, siempre abierto al diálogo, se haya cortado o le hayan esquivado un acercamiento hacía Mercedes Caballero, secretaria general del partido en la provincia de València, y cercana a Ábalos. Máxime cuando esta ha señalado en relación a la medida negativa para Rodríguez que «desoyera su petición de retrasar las primarias de Ontinyent para dar tiempo a que se alzara el secreto de la causa contra él».
Absolución a Reguart y Portero. A modo de advertencia sobre que las prisas siempre son malas consejeras, se hacía pública esta semana la sentencia absolutoria de los exalcaldes de Ontinyent Manuel Reguart y Rafael Portero, acusados por «prevaricación urbanística» tras el lío que una asociación de propietarios de casetes (Adeca) montó, con la complicidad del PP, hace casi tres lustros. El fallo, que exculpa a todos los denunciados en la causa, nunca restituirá a los expolíticos mentados de los daños y calumnias que se vertieron contra ellos.
