esta semana ha servido para que el alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, se resarciera del mal sabor de la semana anterior teniendo que aguantar lo indecible a consecuencia de ponerse en cuestión su próxima candidatura socialista municipal. Despejado felizmente el asunto, en ésta, tras la reunión que mantuvo con la vicepresidenta Mónica Oltra, pudo recuperarse con creces al anunciar, tras diez años desde su construcción, que la residencia de discapacitados de Ontinyent abrirá en noviembre. Una demora impropia, cuyas causas tienen autoría: el gobierno del PP en la Generalitat, que a la hora de abrirla priorizó el gasto público en fastos como la Fórmula 1 y otros macerados de corrupción de los que ese partido hizo su marca de gobierno. De este modo, las tres partes impulsoras del proyecto (Generalitat, ayuntamiento y Caixa de Ontinyent) pondrán en marcha un inmueble destinado a las personas; concretamente a las afectas por la diversidad funcional intelectual de Ontinyent. Tiene capacidad para albergar inicialmente a cuarenta personas. Esta aspiración esencial la llevará a cabo una plantilla de 57 trabajadores, con un coste de 1,5 millones de euros anuales en personal, según lo publicado estos días.
Nombres en ascenso. La Generalitat Valenciana ha llamado recientemente a formar parte del nuevo alto comisionado para negociar la nueva financiación (independientemente de que el profesor Gregorio Martín cuestione en este diario su necesidad) al ontinyentí Rafael Beneyto. Asimismo, el también ontinyentí Luis Gandía Cabedo ha sido nombrado catedrático de universidad. Por otro lado, el albaidí Josep Penadés liderará la lista del PSPV en dicha población en los comicios municipales del próximo año, tras ser elegido por la asamblea general de los socialistas albaidenses. Penadés es profesor de Biología y Geología en el IES Josep Segrelles de Albaida, y ganó en 2015 el XXI Premi de Literatura Eròtica de la Vall. Otro albaidí destacado ha sido Jaume Policarpo, galardonado por la mejor dirección escénica y mejor versión por La Celestina, en los premios de las artes escénicas valencianas cuya entrega tuvo lugar en el teatro Principal de Valencia el lunes.
Apaño. Entre los nombres que el Ayuntamiento de Ontinyent ha distinguido para los Premis 9 d'Octubre de este año brilla con luz propia el del arquitecto Ramón Esteve: tanto por su dilatada carrera, donde ha dejado huella en varios edificios locales o por trabajos para empresas del prestigio de Gandía Blasco, Vondom o Lladró, como por acumular un vasto palmarés a nivel internacional. Entre los demás, sin desmerecer, priman los padrinazgos políticos o las miras electorales, como se adivina entre los colectivos nominados. Rodríguez debería saber que "consenso político" no equivale ni a igualdad ni a equidad. Y en un orden de prioridades, aún hay una pila de nombres que nunca les toca.
Peligro en la carretera. Los números y las estadísticas anuales no engañan. Desde su inauguración, hace ya algunos lustros, la CV-60, la que recorre la Vall d'Albaida, entre l'Olleria y Gandia, sigue registrando una enorme siniestralidad. Mientras aguardan, sine die, las inversiones necesarias que desdoblen su trazado. En 2017 se contabilizaron 44 accidentes, resultando dos de ellos mortales. Urge una intensificación de las acciones reivindicativas y que éstas no se apaguen poco a poco, como otras veces. Del tren Xàtiva-Ontinyent-Alcoi, mejor no hablar
