Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, pero ésta no siempre se recompensa con un sueldo fijo y apropiado, al menos en la esfera de la política local. La publicación de las nóminas de los mandatarios municipales por parte del Ministerio de Función Pública confirma que el oficio de la política deja de ser rentable a medida que se desciende en la escala demográfica. En el conjunto de los 61 ayuntamientos de la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida, dos de cada cinco alcaldes carecen de un salario específico para desempeñar sus funciones. 17 declaran que no percibieron en 2017 ni un solo euro de retribución pública, algo que no les exime de las llamadas a horas intempestivas, de las descalificaciones o de la presión de tener que lidiar a diario con decisiones comprometedoras que guiarán el devenir de sus pueblos.

«Por amor al arte, como los toreros», el alcalde de Rotglà, Amador Climent, renunció al inicio del mandato a cobrar por estar al frente de la corporación. Como él, tampoco ingresa dinero alguno la alcaldesa Vallada, un municipio de 3.000 habitantes que figura entre los cinco con más deuda per cápita de España. Cuando Mª José Tortosa tomó las riendas del consistorio, en 2015, ya anunció que compaginaría el cargo con su actividad laboral en el ámbito sanitario debido a la hipotecada economía municipal. Y eso que la carga de trabajo es ingente precisamente por el reto que implica ese esfuerzo de tratar de reflotar las cuentas.

Quienes tampoco registraron emolumentos en 2017 son los alcaldes de Llutxent y Pinet, Pep Estornell y Juan Ramón Chismol. En agosto de este año, ambos tuvieron que enfrentarse a uno de los peores tragos posibles: el gran incendio que devoró miles de hectáreas en el pulmón verde de la zona. Estuvieron 24 horas pegados al teléfono, coordinando, tranquilizando e informando sin descanso a los vecinos: una labor impagable sin compensación pecuniaria. Estornell es profesor y también se marcó como objetivo prioritario al inicio de la legislatura la reducción de la deuda municipal.

Los otros alcaldes sin retribución en las tres comarcas dirigen poblaciones de menos de 1.700 habitantes (casi la mitad en el territorio) y pueden hacerlo porque se dedican a otros oficios o porque están jubilados. Son los de Torrella, Sempere, Salem, Rugat, Llanera de Ranes, la Granja de la Costera, Cerdà, Carrícola, Bicorp, Benissuera, Barxeta y Aielo de Rugat.

Los hay que no tienen una dedicación asignada pero cobran por asistir a los órganos de gobierno. Es el caso de la alcaldesa de Bellús (2.892 euros brutos al año; 9,18 € por habitante) o de los alcaldes de Otos (1.200 euros; 2,88 €/hab.), El Palomar (1.150 euros; 1,98 €/hab.), Castelló de Rugat (480 euros; 0,2 por habitante), Estubeny (200 euros; 1,68 €/hab), Atzeneta (150 euros; 0,12 €/hab.), Vallés (150 euros; 0,98 euros/hab.) o Beniatjar (90 euros; 0,41 €/hab).

Dedicaciones exclusivas y parciales

En el lado opuesto de la balanza, el alcalde de Xàtiva, Roger Cerdà, es el mejor retribuido de la Costera, la Canal y la Vall: en 2017 percibió 50.000 euros brutos (antes de retenciones y cotizaciones). A cada habitante de la localidad su sueldo le cuesta 1,72 euros. Le sigue en la lista el alcalde de Aielo de Malferit, José Luis Juan Pinter, cuya dedicación exclusiva se sitúa en 40.289 euros (8,56 €/habitante). La alcaldesa de Anna, Pilar Sarrión, figura la tercera: percibe 39.347 euros brutos anuales (14,9 €/hab.). La nómina del primer edil de Albaida, Josep Albert, fue de 38.380 euros (6,45 €/hab.), mientras que la del alcalde de Enguera, Óscar Martínez, fue de 37.091 euros brutos (7,5 €/hab.) el año pasado. En Benigànim, Amparo Canals tiene asignado un sueldo de 36.336 euros, mientras que el de Ricardo Requena en Canals es de 35.326 euros (2,59 €/hab.) y el de Vicent Muñoz en la Font de la Figuera, de 31.176 euros (15 €/hab.). El alcalde de Chella, José Enrique Talón, cobró 30.118 euros (12 €/hab.); Estela Darocas 25.448 € (8,39 €/hab.) en Navarrés y Federico Vidal, 20.200 euros (16 €/hab.) en Alfarrasí.

Los emolumentos del resto de munícipes se corresponden con dedicaciones parciales, aunque en algunas localidades hay concejales que hacen más horas en el ayuntamiento y cobran más. Proporcionalmente, las nóminas de las alcaldesas y alcaldes de Bufali (12.370 €), Terrateig (13.705 €), Bèlgida (18.684 €) y Guadassèquies (9.364 €) son las que más cuestan a sus vecinos: 75, 48, 27 y 20 euros por habitante respectivamente. La de Teófilo Fito en Moixent asciende a 24.763 euros (5,7 €/hab.); la de Pere Revert en Genovés es de 21.210 euros (7,5 €/hab.); Carolina Mas percibe 20.181 € en Bolbaite (14,8 €/hab.); Jesús Pla, 15.271 € en Agullent (6,4 €/hab.); Josep V. Ferre, 8.700 € en Bocairent y Julià Engo, 7.038 euros en l'Olleria (0,85 euros). Cierran la tabla los alcaldes de Benissoda (7.200 euros; 8 €/hab.), Montitxelvo (6.813 euros; 11 €/hab.), Fontanars (5.880 euros;6 €/hab.), Montaverner (4.673 € ; 2,8 €/hab.), Ràfol de Salem (1.728 euros; 4 €/hab.) y Millares (1.037/2,97 €/hab.).