La exposición Memoria de la Modernidad incluirá en exclusiva para la muestra prevista en Ontinyent el cuadro Pescadoras valencianas, de Sorolla, una de las piezas patrimoniales más valiosas e importantes de propiedad pública en la Comunidad Valenciana. La muestra, que recoge decenas de obras pertenecientes al patrimonio pictórico de la Diputación de Valencia, será inaugurada el próximo día 26 en la remodelada Casa de Cultura por el presidente de la Diputación, Antoni Gaspar.

El alcalde, Jorge Rodríguez, se ha referido a la calidad de la muestra y a la presencia de este icónico cuadro de Sorolla, y ha señalado que «la exposición va a permitir a los vecinos y vecinas de Ontinyent, la Vall d'Albaida y las comarcas vecinas disfrutar de unas obras que hasta ahora sólo se podían ver en Valencia o no estaban expuestas por encontrarse en almacenes o despachos. Es una oportunidad única y van a poder contemplar piezas de gran valor, como el cuadro Pescadoras valencianas de Sorolla, que además se incluye en exclusiva en la muestra de Ontinyent» ya que no formaba parte de la exposición en Gandia, Alzira y Requena, sus anteriores paradas antes de recalar en la Vall.

Pescadoras Valencianas, además, cuenta con una larga historia desde que fue pintado en 1903 por Joaquín Sorolla. El autor iniciaba su apuesta por la pintura al aire libre junto al mar, y en este lienzo con potente uso de la luz y el color muestra unas mujeres, entregadas a una lectura anónima, que ocupan un primer plano en el que destaca secundario un marinero cerrando la escena por la izquierda, con veleros sobre las aguas del mar al fondo. El cuadro fue presentado en 1904 en una exposición en Berlín, siendo adquirido por un coleccionista alemán cuya familia lo conservó hasta el año 1979, cuando se subastó en Londres, donde fue adquirido por el entonces presidente de la Diputación de Valencia, Manuel Girona.

Pero no fue tan fácil como podría pensarse. La diputación tenía un límite de gasto muy estricto fijado por los socios de los socialistas en el gobierno de la corporación, el PCE. Superado dicho tope (12 millones de pesetas de la época, 72.000 euros), ya no podía pujar por él si las otras ofertas superaban esa cantidad. Una galería española llegaba incluso hasta los 16 millones de pesetas. Y un coleccionista japonés forzaba la puja con un millón más cada vez. Entonces, Girona desafió las reglas y mantuvo su pugna por el cuadro hasta los 22 millones de pesetas, sabedor de que si el famoso lienzo se iba a Japón ya nunca volvería a Valencia. Ganó la diputación. Pese a la temeridad de la cifra (132.000 euros de hace casi 40 años) a Girona parece que no se lo reprocharon demasiado. Como anécdota, cabe señalar que el diputado provincial de Xàtiva José Díez fue quien viajó a Madrid para recibir el cuadro, llevado en avión desde Londres, y abonar en metálico los 16 millones de pesetas que quedaban por satisfacer, ya que los seis primeros ya habían sido transferidos.

Una obra de Segrelles

La muestra incorporará también como novedad un retrato que representa a San Vicent Ferrer como teólogo, obra del albaidense José Segrelles perteneciente a la última época del artista y que se encuentra habitualmente en las dependencias del Palau de la Generalitat. En conjunto, Memoria de la Modernidad repasará en Ontinyent la historia del arte valenciano desde el gótico y el barroco hasta el siglo XX con una selección de obras que incluye piezas de Reixachs, Ribalta, Vicente López, Ferrándiz, Sorolla, Pinazo, Benlliure, Equipo Crónica, Alfaro, Heras... La muestra irá aparejada la realización de actividades como visitas guiadas, encuentros con artistas, mesas redondas o talleres didácticos.