El famoso dibujo de Anton van den Wyngaerde (1525-1571) que inmortalizó el castillo de Xàtiva fue ayer el elemento nuclear de la ponencia que ofreció el historiador Pablo Camarasa. Tomando como referencia los bocetos, el investigador aportó una nueva visión de las estructuras, volúmenes y materiales que componían el Castell Major en los tiempos del pintor flamenco, a través de un análisis «interactivo» desde el punto de vista gráfico. Camarasa señaló que el edificio central que aparece en la representación de Wyngaerde no reflejaba la realiad, sino que se correspondía a la Torre de Sant Jordi, situada frente a la capilla de Santa María. El historiador subrayó que el dibujante recibió el encargo de Felipe II de representar las ciudades españolas intensificando su belleza y añadiendo toques inspirados en los elementos arquitectónicos italianos, con el objetivo de poder competir con éstos, mucho más desarrollados. A partir de sus estudios sobre los materiales empleados y las fuentes documentales, Camarasa señala que la residencia del alcaide del castillo podría haber estado en realidad situada en el espacio prácticamente derrocado donde oficialmente se ubica la sala del duque de Calabria y la prisión, por el uso de un tipo de elementos constructivos de más valor. Según éste, estas estancias se hallarían encaradas a Bixquert.