Los anuncios que han ido poblando la principal vía de entrada de Xàtiva y otros elementos que desvirtúan la imagen icónica del castillo fueron uno de los asuntos recurrentes durante la segunda jornada del congreso «Castells en l'aire». Por la mañana, el arquitecto y experto en la fortaleza Santiago Tormo se mostró muy crítico con los postes instalados en el polígono de acceso -el más reciente el de la cadena americana de pollo frito KFC- y pidió a los políticos que «cuiden y protejan la verdadera imagen icónica de la ciudad, que es la silueta del castillo, quitando los elementos que la desvirtúan». Tormo hizo hincapié en que «se necesitan muchas reflexiones» para «evitar que el castillo sufra» tanto desde el exterior como en el interior, ante el reto y la amenaza que supone tener que adaptarse «a un uso para el que no fue construido», en la vertiente turística y cultural.

En la conversación que mantuvo el periodista Paco Cerdà con el presidente de la Delegación Valenciana de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, Miguel Jover, a última hora de la tarde, volvió a estar presente la misma cuestión. Cerdà abordó el impacto visual del anuncio de KFC remontándose al origen de la gigantesca franquicia que ha ocultado la visión del castillo: un pueblo perdido de Kentucky. Fue la contraposición de dos imágenes que representan dos mundos antagónicos: el de la globalización y el consumo rápido y desenfrenado y el de la conservación y recuperación de la memoria y el patrimonio. El periodista recurrió a una cita de Vicent Andrés Estellés ( «ara el castell naufraga tristement en la boira») para sentenciar que ahora «el castillo de Xàtiva naufraga tristemente en el pollo frito». Cerdà ofreció otro dato revelador: la cifra de visitantes que recibe al año la fortaleza de la capital de la Costera (88.000) es equiparable al número de espectadores que caben en el estadio de Wembley.

La arqueología dominó buena parte de las ponencias de ayer. El doctor José Pérez subrayó que la cerámica hallada en la zona del castillo de Xàtiva permite concluir que ésta era la zona principal de la Contestania ibérica, poblada de forma ininterrumpida desde el siglo X antes de Cristo.

Enclave de primera magnitud

Pérez detalló que la antigua Saiti ibérica ocupaba la Solana, la Costa del Castell y casi se extendía hasta la Albereda, un espacio de 20 hectáreas superior a las poblaciones de Edetea (Lliría) o la Serra d'Alcoi, los otros dos puntos ibéricos de mayor magnitud en la época. En Xàtiva, la cerámica íbera se ha hallado una extensión que llega a la plaza de San Jaime y recuerda a la rescatada en Llíria, Valencia y Elx. Tal como relató el arqueólogo, Saetabi perdió peso tras la batalla de Sucro, puesto que se alineó con Pompeyo, el perdedor de la contienda frente a Sertorio. La ciudad pagó la derrota con un empobrecimiento que le pasaría factura, como demuestran las acuñaciones de monedas encontradas en el castillo.