Del «Seminario Textil-Hogar y Mercado Único», celebrado el 12 de abril de 1991 en Ontinyent, a «la primera convención de la Patronal Textil Europea Euratex celebrada en España (Ontinyent)» ayer, han pasado 27 años. Si en 1991 un viaje a Bruselas del director, de Caixa Ontinyent, Paco Sanchis, y el presidente, Vicent Requena, sirvió para que se encendiera una idea y tomase cuerpo, con la colaboración del ayuntamiento de Ontinyent ( Rafael Tortosa) y la Asociación de Empresarios Textiles de Ontinyent ( José Niñerola). Este 2018, la nueva cita textil llega impulsada por el Consejo Intertextil Español y organizada por la patronal valenciana Ateval ( Càndid Penalba), en colaboración del ayuntamiento de Ontinyent ( Jorge Rodríguez) y la Conselleria de Economía Sostenible ( Rafa Climent). Si entonces fue el presidente de la Generalitat, Joan Lerma, quién presidió la jornada textil, este 2018 es el también presidente, Ximo Puig (secretario de Lerma en 1991).
A partir de ahí nos enfrentamos ante dos tiempos presuntamente irreconciliables, el pasado y el futuro. La lontananza tiene sus pies puestos en esta convención. La concurrencia será selecta, variada y numerosa con «alrededor de 200 representantes de las principales empresas europeas del sector, así como otros representantes de varios organismos valencianos, españoles y europeos». Para Rodríguez y Penalba: «supone una gran oportunidad para proyectarnos y atraer inversores». Buenos propósitos ante los que habrá que esperar a tocar los resultados. El presente, como recordó Penalba, lo escribirán y marcarán los miembros del comité de Euratex que concurran a la convención. Obviamente, el alma de la convocatoria serán los temas que se expongan y analicen, entre los que se han apuntado: «los retos de las empresas textiles europeas, las políticas de cooperación regional de la Unión, o el rol de los clústers». Avanzar hacia el futuro con paso seguro no significa que haya que borrar el pasado. La vertiginosa evolución del presente, para el caso la industria textil, echa sus raíces en un pasado que ya es historia, pero insustituible para explicar el ahora.
Por eso conviene mirar hacia aquel Seminario y hacernos eco de algunos análisis y proclamas que se vertieron allí. Si bien no se vislumbraron los estragos que causaría entre las grandes industrias textiles de la Vall la irrupción del mercado chino, también es cierto que una voz autorizada de la época, la de Ricardo Cardona (Paduana), escribía en la revista Crònica: «El textil necesita encontrarse en igualdad de condiciones con sus competidores exteriores». Una máxima que explica mucho de lo acontecido en las dos últimas décadas en el sector textil valldalbaidí. Entre las conclusiones que alumbró dicho Seminario figuraban: «La falta de competitividad vinculada tanto a factores geográficos como al impacto de las políticas macroeconómicas y a la competencia desleal en relación a los derechos de propiedad industrial»; «a corto plazo y a nivel interno, la creación del mercado único conlleva el riesgo de una mayor presencia en el mercado español de productos no europeos al desaparecer el actual régimen de categorías y contingentes por países». Sin embargo, es de lamentar que los compromisos contraídos tanto por Lerma, como por su conseller de Industria, A. García Reche, a la postre no llegaran a fructificar.
