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Xàtiva

Las luchas internas a 7 meses de las elecciones impregnan la Cavalcada del Ninot

El frío y la lluvia deslucen el desfile de las comparsas falleras de la ciudad pero no impiden que la sátira y la crítica inunden la calle durante dos horas

Las 19 comisiones falleras de Xàtiva tuvieron que resistir estoicamente el sábado por la noche para completar el recorrido de una accidentada Cavalcada del Ninot cuyo inicio se aplazó durante más de una hora por las inclemencias del tiempo. Aunque el evento quedó deslucido y congregó a muy poco público debido a la lluvia intermintente y a la repentina ola de frío, las comparsas desplegaron todo su ingenio y llenaron de sátira el centro neurálgico de la ciudad para repasar a través de sus vistosas carrozas y cuadros escénicos un año de actualidad en clave local.

Molina Claret abrió el desfile con una ácida parodia de Juego de Tronos que retrató la lucha entre las diferentes «casas» para conquistar el «trono» setabense en el ayuntamiento. Los concejales se transmutaron en personajes de la popular serie: de Xesquei Lanister Chapí (la edil de Igualdad), a Rob Stark Estellés (Cultura) pasando por Aria Stark Baraza (Fallas). El incremento de las multas por la zona azul, el desalojo de las asociaciones de la Ferroviària, la batalla interna en Compromís o las quejas por el volumen del Espai Jove de la Fira fueron algunas de las noticias que guiaron las diferentes escenas.

Sant Jordi recurrió al universo de las divinidades griegas para radiografiar la realidad municipal. El alcalde, Roger Cerdà, fue versionado con un Zeus «ben paregut i romancer» que no puede irse de vacaciones sin generar una bronca al delegar el poder. República Argentina, en cambio, caricaturizó al alcalde como «Rogèrcules», el «héroe» que derrotó al «rey Rus» pero que necesita librarse de sus aliados» compromisarios y unionistas» para volver a ser elegido por sus propios medios. La polémica del ángel retirado del belén fue muy recurente. «Portem a l'angel marejat: un any el deixem fins a Falles penjat i a l'altre castigat», rezaba uno de los cuadros de Sant Jordi, que también evocó el cierre de comercios en la Albereda. «La meitat de locals han tancat i el cartell de se alquila han penjat. Fins a Inditex se n'ha anat: el senyor Amancio ens ha abandonat». La edil Chapí fue objeto de otra chanza a cuenta de la controversia de las banderas moradas colgadas en elementos del patrimonio: «va desobedeir les ordres del jefe suprem i quasi els Geos l'han de baixar del Castell».

En la cabalgata abundaron las críticas intrínsecas a las Fallas. En su viaje por los 5 continentes, en Espanyoleto recriminaron a la Junta Local los fallos de comunicación y censuraron el temprano cierre de los casales falleros durante las fiestas, cuestión abordada por otras comisiones. Los problemas a la hora de encontrar fechas para las presentaciones en el Teatre y para organizar el Rally Faller, el retraso en convocar las ayudas a monumentos o la demanda de una concejalía única de Fallas fueron retratados de forma repetida. Sant Jaume lamentó la ausencia del colectivo fallero en el acto del 9 d'octubre. «Som patrimoni de la Humanitat, però pareix que no existim».

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