bien está que el batle de Ontinyent, Jorge Rodríguez, se congratule por los 7,3 millones de euros previstos por el Consell en los presupuestos de 2019. Máxime cuando, como él mismo afirma, «las cuentas autonómicas atienden reivindicaciones históricas», dice. Lo que no significa que se haya tocado techo en el cómputo de reivindicaciones pendientes, cabría añadir, pues más de tres décadas después de haber sido aprobada la demanda por el pleno municipal, y además en reiterados ejercicios, sigue sin saberse nada de la Escuela Oficial de Idiomas. Es un tema educativo de gran transcendencia. Sobre todo para las actuales y futuras generaciones, en un mundo globalizado. Y aunque Rodríguez, legítimamente, barre para casa cuando dice que «se constata que el gobierno valenciano mantiene la sensibilidad de los últimos años a las demandas que hacemos desde Ontinyent» „sobre todo si lo comparamos con los 20 años plagados de corrupción y latrocinio del PP„se echa de menos que el primer edil ontinyentino levante la mirada hacia el horizonte comarcal. Una asignatura que se le escapó cuando era el máximo responsable de los socialistas valldalbaidins. Pero tampoco ahora, como alcalde de la capitalidad comarcal, se esmera en ser solidario y reivindicar, codo con codo, la necesaria finalización de la autovía comarcal, entre l'Olleria y Terrateig. Y no solo por el denso tráfico que registra, que también, sino primordialmente por razones de seguridad vial. Ya que desde su apertura acumula una pila escalofriante de muertos por accidente. Los fondos presupuestarios del Consell en este asunto han quedado desiertos. Menos mal que sí que incluyen una partida de 150.000 euros destinada a efectuar los estudios previos a la conexión de la CV-60 con la N-332 y la AP-7. Y como mal endémico, qué decir ya de la línea Xàtiva-Alcoi. Ni un euro, de nuevo.

Ontinyent Participa sin atar. Pese a los buenos propósitos que el gobierno ontinyentí deposita en la iniciativa del Ontinyent Participa, y a llevar varios años de experiencia en el asunto, el programa aún ofrece grietas. Y no aludo a los proyectos propuestos, que obviamente son opinables. Sino a algo tan elemental como es yael voto digital. Parece que los técnicos encargados de este tema aún no han sabido resolverlo con eficacia, con el fin de que todos los votos por internet lleguen a buen puerto ya que tras seleccionar los tres proyectos, de los diez que se pueden consultar en la web www.ontinyentparticipa.es, hay vecino que tras realizar los pasos exigidos en la votación, DNI y número de móvil incluido, ha visto como se ha quedado sin votar. Ya que como paso final se exige incluir un código que jamás reciben. Y aunque desde el ayuntamiento se curan en salud con una advertencia , ésta te lleva a complicarte la vida con mails y SMS. No es serio, ya que presuponen que los vecinos tienen varios móviles a su disposición.

Decepciones. A medio año de los comicios locales y autonómicos, el ontinyentí Fran Quesada, secretario autonómico de Medi Ambient, salía de su despacho para, como informaba este diario, «reconciliarse con el COR». El exedil aprovechaba para enjabonarles, al alabar «los proyectos que está desplegando». Del Pla de Minimització de la Vall d'Albaida que tanto decía defender antaño, nada. Callado como un muerto. La otra decepción ha sido la raquítica programación del 600 aniversario de la Fira de Ontinyent. Un chasco.