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Nos ha dejado un valldalbaidí de cine

fue un gran cineasta. Y además, valenciano y valldalbaidí; de Llutxent. Con su presencia entre nosotros, hace unos años, prestigió el cine club Utiye de Ontinyent, más si cabe. hablo de Toni Canet, y el pasado martes, tras una larga enfermedad, y a imitación de su gran documental de 2006, tomaba "las alas de la vida". Casi al unísono, había sido premiado por su trayectoria fiel y de impulso, en la praxis, del cine en valenciano. El acto, que estaba previsto para ayer viernes, y que por consiguiente sería un homenaje a título póstumo. Un galardón que estaba previsto que entregase el conseller de Cultura, Vicent Marzà, y que el Institut Valencià de Cultura le concedió horas antes de su viaje: el Premi d'Honor de l'Audiovisual Valencià.

De su popular serie de 1995 para Canal 9, Benifotrem, aún son muchas las personas que recordarán su participación en aquel capítulo que se rodó en Albaida, población donde de joven Toni cursó bachillerato en su instituto. Aquella serie marcó un camino seguido por otras posteriores en la citada televisión, canal en el que, además, dirigió algunas series documentales como Solfa íntima (1990), Crònica amarga (1991) y Viatjar sense bitllet (1998).

En la memoria de muchos aún se conserva también aquella película, de aire comercial, ambientada en los años 60 en tierras valencianas, llamada La camisa de la serp. No llegó a las pantallas, sin embargo, su último proyecto, inspirado en su Llutxent natal, de igual temática que el libro De pedra i calç que publicó Caixa Ontinyent. Se trataba de un documental acerca de los procesos de producción tradicional de la calç y el carbón, tan de la Vall.

Al hospital de Ontinyent le quieren mover la silla. El día que el nuevo hospital de Ontinyent esté construido y entre en servicio, habrá que tocar todas las campanas de la ciudad, si més no y en acción de gracias. Será irrefutable, sobre todo teniendo en cuenta los malabarismos que se habrán tenido que sortear hasta llegar ese día. Primero, hace una década, cuando el PP comandado por Francisco Camps se mofó de los ontinyentins al no pasar de una maqueta hospitalaria que presentó a bombo y platillo. Mientras, eso sí, despilfarraba el dinero público autonómico en fórmula 1, de corto recorrido, o en ágoras vacías de contenido. Pero es que últimamente, al tiempo que se afianza el proyecto de Ontinyent, desde Xàtiva hemos visto cómo se alzaban voces como queriendo ignorar lo obvio: el derecho que asiste a los ontinyentins y poblaciones de la comarca de disponer de un hospital propio, adaptado a los tiempos que corren. La última zancadilla, por ahora, la ponía recientemente el PP de Torrent. En un medio local, el PP de allí recurría a un farisaico y cínico agravio comparativo poniéndose la piel victimista, para atacar, sin fundamento, al actual gobierno de la Generalitat. Los torrentins se quejaban de que en los presupuestos para 2019 «no aparece el futuro hospital de Torrent pero sí el de Ontinyent, ambos planificados por la Generalitat al mismo tiempo».

¿Hace falta decirles a los del PP que miren las hemerotecas de noviembre de 2007? Podrán leer: «El vicepresidente primero del Consell, Vicente Rambla, (PP) ofreció ayer (7. 11.2007) a los torrentinos una gran alegría al asegurar que el nuevo hospital de la localidad estará disponible antes de finalizar la actual legislatura». Que pidan cuentas a ellos, que se pulieron el dinero de todos con corruptelas y despilfarro.

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