La mayoría de alcaldes de los municipios socios del proyecto europeo Ecoglauca apoyaron ayer el trabajo desplegado y la lucha judicial planteada para evitar el reembolso de los 113.000 euros que reclama la Comisión Europea a los siete ayuntamientos. Pere Revert, alcalde de Genovés, asegura no estar «de acuerdo con cómo lo cerraron, ni con las razones ni con el porqué», a tiempo que sostiene que Bruselas debería abonar a los consistorios el dinero gastado y no satisfecho. La alcaldesa de Navarrés, Estela Darocas, recalca que los técnicos europeos «revisaron todos los proyectos y parcelas y dieron luz verde a todo», por lo que «fue una sorpresa cuando lo cancelaron». Darocas afirma que «toda la documentación se mandó en tiempo y forma» y ve «insultante» la reclamación de reintegro de la Comisión Europea. «Es una mala experiencia que te lleva a pensarte dos veces si quieres embarcarte en un proyecto europeo, con lo farragosos que son los trámites», lamenta.

Carolina Mas, alcaldesa de Bolbaite, defiende igualmente las gestiones del equipo de socios. «Es muy curioso porque hay certificaciones de obra donde todo está conforme y correcto y luego fueron ellos (Bruselas) quienes cambiaron de criterio». «Hay que acatar las leyes, pero nuestro derecho es recurrir las decisiones con las que no estamos de acuerdo», agrega.

«Afirmaciones inciertas»

El exalcalde de Enguera, Santiago Arévalo (PP), también quiso mostrar ayer su «absoluto apoyo» al gobierno municipal socialista, a los técnicos y al resto de participantes, municipios y empresas del proyecto Ecoglauca. «Estoy convencido del enorme interés del proyecto para el desarrollo rural de nuestro territorio y de la intachable gestión del mismo. Intentar desprestigiar la buena imagen y la labor legítima de instituciones y técnicos con afirmaciones inciertas y falsedades no puede ser una acción ecologista, es más bien una acción miserable», dijo, en respuesta a Agró.